La independencia de Costa Rica, al igual que la de otras provincias de América Central, se gestó en el contexto de los movimientos independentistas que sacudieron el continente en el siglo XIX.
El 15 de septiembre de 1821, Costa Rica proclamó su independencia del dominio español, en un acto que fue ratificado en el Congreso de la República Central de América. Este evento marcó el fin de tres siglos de colonización, y el país se unió a las demás provincias centroamericanas en la búsqueda de su autonomía y autogobierno.
La independencia de Costa Rica se logró de manera pacífica, estableciendo una base para el desarrollo de una nación con un enfoque en la estabilidad política y el progreso social.