El Primer Centro Mundial de Investigación en Ecosistemas Urbanos Tropicales
La ecología y el estado de conservación de los bosques costarricenses ubicados a más de 1400 msnm son prácticamente desconocidos, a pesar de que no ha estado exenta, ni lo estará, de los efectos del uso de la tierra, la pérdida de la biodiversidad, el turismo y el cambio climático global. Esta propuesta representa el eje integrador hacia el conocimiento particular de algunas de las funciones básicas del ecosistema, su estructura y complejidad, biodiversidad y procesos. Esto será posible mediante la ejecución de varios subproyectos interrelacionados que abarcan desde los mecanismos propios ecológicos que mantienen y representan el estado del ecosistema, hasta respuestas particulares de la biota dentro de los minuciosos y frágiles ambientes que se incluyen en el bosque nublado que se encuentran dentro de la Reserva Forestal de Río Macho, cuya región contiene una riqueza hídrica imprescindible para gran parte de la población. Estos estudios servirán como prueba del desempeño ecológico de algunas prácticas de restauración para mantener y preservar las funciones y procesos de ecosistemas alterados con base en el bosque de referencia. Incluye algunos cálculos para evaluar la contribución al secuestro de carbono por parte de estos tipos de cobertura boscosa y como estrategia de mitigación ante el cambio climático. Enlaza la investigación básica y práctica con los compromisos de enseñanza y de extensión y divulgación universitaria y al mismo tiempo contribuye con las necesidades nacionales e internacionales de evaluación científica de las estrategias de conservación y uso sostenible de los recursos naturales.
Histórica y mundialmente, la concentración de población humana en ciudades ha traído muchos beneficios, pero también desventajas. Una de ellas es la disminución paulatina del área verde disponible por habitante, afectando la necesidad de contacto con la naturaleza llamada biofilia humana. En Costa Rica prácticamente no existen estudios publicados sobre el grado en que los espacios verdes del centro urbano del país llenan las necesidades de sus habitantes humanos, por lo que este estudio será el primero en documentar sistemáticamente la disponibilidad de espacio verde por habitante y las necesidades de uso que estos perciben. El estudio se hará mediante el inventario de las áreas verdes y su correlación con la densidad de habitantes usando como base la división político-administrativa de la provincia de Heredia comprendida en el gran área metropolitana. Además el estudio incluirá una propuesta de clasificación de prioridades para mejorar el espacio verde considerando las entidades que tienen el control de su manejo. Dado que las riberas de los ríos son parte del espacio verde con que cuentan los habitantes de la región, también se analizará el artículo 33 de la ley forestal. Para ese fin se estudiarán aspectos históricos, políticos, administrativos, sociales y biológicos de su aplicación o no aplicación. El análisis estadístico de la morfología paisajística de entornos representativos del área del área de estudio permitirá analizar la impresión de espacio verde que tienen los habitantes de cada una de esas zonas. Finalmente el uso de líquenes como bioindicadores de contaminación atmosférica permitirá establecer patrones de contaminación atmosférica global de la región y cantidad de espacio verde disponible por habitante. Toda la información recopilada y generada en este proyecto será incluida en un sistema de información geográfico para facilitar el análisis y utilizarla en proyectos futuros dentro de esta misma línea de investigación.
La gestión de residuos en América Latina es un problema ambiental importante, con la producción de desechos creciendo a un ritmo mayor que la población. Entre 1970 y 2000, la generación de residuos per cápita aumentó de 0.2-0.5 kg a 0.5-1.0 kg por día (PNUMA 2000). Costa Rica, en 2005, reportó una generación de 1.036 kg per cápita por día (Gaviria & Soto 2007). Factores que agravan la situación incluyen el desinterés político, la falta de educación ambiental y el aumento del consumo (González 2008). Para abordar este problema, se proponen dos estrategias principales: reducir el consumo y reciclar. También se están explorando enfoques como la producción más limpia y el modelo de Emisión Cero, que implica devolver los materiales al productor una vez que pierden su utilidad (Kuehr 2007). La implementación de estos métodos es compleja y, en países desarrollados, ha llevado a la creación de protocolos locales y agencias intergubernamentales para la gestión de residuos (Rifé & Doménech 2007). En países no industrializados, la situación se complica por la existencia de esquemas de trabajo informal (Corella 2006). Un ejemplo positivo es Curitiba, Brasil, donde se han establecido modelos de gestión que podrían adaptarse a nivel nacional (Hülstrunk 2008). En Costa Rica, iniciativas del sector público y privado buscan modelos integrales de gestión de residuos, destacando el "Plan de Residuos Sólidos Costa Rica" (PRESOL) como un esfuerzo clave (Navarro 2008). Las universidades desempeñan un papel crucial al formar profesionales y liderar iniciativas de gestión de residuos, aunque la falta de datos cuantitativos dificulta la evaluación del éxito de estos programas (Shriberg 2002).
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