
En las alturas frías del páramo costarricense, un grupo de hongos microscópicos que vive dentro de las plantas podría estar enfrentando una amenaza silenciosa pero devastadora: el aumento de la temperatura global.
¿Qué investigaron?
Un equipo de científicas liderado por Carolina Seas y Priscila Chaverri se propuso entender cómo afecta el calentamiento global a los hongos endosimbiontes psicrófilos, es decir, aquellos que viven dentro de las plantas y prosperan en temperaturas frías. Estos hongos, aunque invisibles a simple vista, son esenciales para la salud de muchas plantas, especialmente en ecosistemas extremos como los páramos.
¿Qué hicieron?
Recolectaron muestras de hongos endófitos de la planta Chusquea subtessellata, una especie de bambú que crece en los páramos de Costa Rica. Luego, cultivaron estos hongos en laboratorio a distintas temperaturas (de 4°C a 25°C) para identificar cuáles eran psicrófilos. A los hongos que crecían mejor en frío se les sometió a dos experimentos: uno con aumentos constantes de temperatura y otro con cambios diarios simulando el ciclo día-noche del páramo.
¿Qué descubrieron?
Los resultados fueron preocupantes. La mayoría de los hongos psicrófilos redujeron su crecimiento tras los experimentos, algunos dejaron de crecer por completo y otros cambiaron su comportamiento, dejando de ser psicrófilos. Es decir, no todos lograron adaptarse al calor. Uno de los casos más extremos fue el del hongo Arthrinium serenense, que no sobrevivió al aumento de temperatura. Otros, como Trichoderma asperellum, modificaron tanto su comportamiento que ya no se consideran adaptados al frío.
¿Por qué importa?
Estos hongos no son simples acompañantes: ayudan a las plantas a resistir enfermedades, sequías y temperaturas extremas. Su desaparición podría debilitar a las plantas que los hospedan, alterar la estructura de los ecosistemas y reducir la biodiversidad. En un entorno tan frágil como el páramo, donde incluso un cambio de 1°C puede tener efectos drásticos, perder a estos aliados invisibles podría desencadenar una reacción en cadena ecológica.
Conclusión:
Este estudio demuestra que el cambio climático no solo afecta a los animales y plantas visibles, sino también a los microorganismos que sostienen la vida desde dentro. Proteger los ecosistemas de altura implica también entender y conservar a sus habitantes más diminutos
Referencia:
Seas, C., & Chaverri, P. (2020). Response of psychrophilic plant endosymbionts to experimental temperature increase. Royal Society Open Science, 7(12), 201405.https://doi.org/10.1098/rsos.201405

