Autor: Julián Monge Nájera, Ecólogo y Fotógrafo
Azotada por el viento, en medio de un valle olvidado en el norte de África, se encuentra una antigua ciudad que lleva el curioso nombre de Volubilis. Volubilis existe gracias a una historia de amor de la que casi todos hemos escuchado, la de Antonio y Cleopatra. Y en sus ruinas se encontró algo que no debía estar allí: un caracol que parece hecho de mármol.
Ruinas de Volubilis. Fuente: Wikipedia.
En el año 45 AC las tropas de Julio César derrotaron en Túnez al rey numidio Juba I. Juba se suicidó, pero Julio César se llevó a Roma a su pequeño hijo, un niñito que si viviera ahora estaría seguramente en “preescolar”. El pequeño Juba no fue maltratado; por el contrario, se le dio trato de noble y recibió la mejor educación, y llegó a hablar y escribir perfectamente latín y griego. Pasaron los años, Julio César fue asesinado, y también murieron Cleopatra y Antonio, quienes habían tenido una hija llamada Cleopatra Selena II¹.
En el año 28 AC, deseoso de tener un aliado en África, el emperador Octavio Augusto envió a Juba II a reinar en el país de su padre, donde su historia se juntaría con la de un pequeño caracol. Allí, acompañado de su esposa Cleopatra Selena II, el sabio rey numidio agrandó la antigua población cartaginesa de Volubilis y la convirtió en capital del reino.
Siendo tanto él como Cleopatra Selena soberanos sabios, la historia es favorable con su reinado, y Juba II escribió varios excelentes libros de arqueología e historia de la región mediterránea, así como dos tratados zoológicos, que fueron ampliamente citados por Plinio el Viejo¹.
Moneda del antiguo Reino de Mauretania: anverso: Juba II de Numidia; reverso: Cleopatra Selene II. Fuente: Wikimedia.
Pasaron los años y la ciudad fue devastada por un terremoto en el siglo IV, pero entre las piedras y la vegetación, un habitante sobrevivió, el caracol Cernuella virgata².
El caracol Cernuella virgata. Fuente: Wikimedia.
En el año 28 AC, deseoso de tener un aliado en África, el emperador Octavio Augusto envió a Juba II a reinar en el país de su padre, donde su historia se juntaría con la de un pequeño caracol.
¿Cómo llegó este caracol?
Mi hipótesis es que su llegada a Volubilis ocurrió en el siglo II, cuando las revueltas locales obligaron al emperador Marco Aurelio a enviar tropas romanas y construir una muralla alrededor de la ciudad³.
Al igual que ocurrió en la década de 1990, cuando se detectaron caracoles iraquíes en los equipos militares que volvían a los EEUU tras la Operación Tormenta del Desierto, los caracoles romanos deben haber viajado adheridos a los equipos militares y demás pertrechos que llevaban las tropas de Marco Aurelio. Esto no excluye la posibilidad de que los romanos los llevaran como alimento, ya que aún se consumen en España, donde los romanos estuvieron por siglos.
Irónicamente, la mayoría de lo que sabemos sobre la vida de este caracol se lo debemos a los malacólogos australianos. ¿Porqué?
Porque al igual que llegó a África del Norte, Cernuella virgata llegó a Australia, donde es una plaga agrícola desde inicios del siglo XX. Gracias a eso sabemos que se reproduce a tiempo para que los bebés disfruten del buen microclima que traen las lluvias, que los individuos más grandes ponen más huevos, y que normalmente se mantienen en un área restringida⁴, equivalente a que un humano no se moviera en su vida a más de 3 km de su casa. Y, aun así, ¡han llegado muy lejos en estos dos milenios!
Publicado originalmente en Blog Biología Tropical: 15 de julio 2020
REFERENCIAS
¹ Roller, D. W. (2003). The World of Juba II and Kleopatra Selene. Reino Unido: Routledge.
² Hogan, C. M. (2007). Volubilis, The Megalithic Portal. Recuperado de https://www.megalithic.co.uk/article.php?sid=14906
³ Rogerson, B. (2010). Marrakesh, Fez and Rabat. Londres, Inglaterra: Cadogan Guides
⁴ Baker, G. H. (2008). The population dynamics of the mediterranean snails Cernuella virgata, Cochlicella acuta (Hygromiidae) and Theba pisana (Helicidae) in pasture–cereal rotations in South Australia: a 20-year study. Australian Journal of Experimental Agriculture, 48(12), 1514-1522.