Autor: Julián Monge Nájera, Ecólogo y Fotógrafo
Hace 200 años un zoólogo estonio describió una extraña lombriz que vivía sobre la piel de los caracoles de agua dulce. Nadie sabía qué hacía allí, y tras 200 años, la respuesta es que tal vez sea una protectora del caracol, que tal vez sea un parásito, o tal vez ambas cosas. Para mí, es importante porque conocí estas lombrices en persona cuando hice mi primer estudio científico hace casi cuatro décadas. Parecían tentáculos de cristal líquido que salían por decenas de la piel del caracol.
Los filamentos blancuzcos de este caracol Stagnicola sp. son lombrices de la especie Limnaea stagnalis. Fuente: CC BY Michal Maňa.
Desde que se las dedicó a Lineo en 1827, el científico estonio Karl von Baer, fundador de la embriología, sabía que las lombrices Chaetogaster limnaei siempre aparecían asociadas a moluscos de agua dulce, fueran pequeñas almejas o caracoles de muy diversas especies. Pero qué hacían allí las lombrices fue un misterio por décadas, y aun en la actualidad, seguimos sin saber con certeza si realmente es una sola especie de lombriz con dos personalidades, o varias especies por el momento indistinguibles salvo por su comportamiento.
Karl Reinhold Ernst von Baer, 1792-1876, quien describió la lombriz Chaetogaster limnaei durante el reinado de Carlos X.
Yo las conocí a inicios de la década de 1980, cuando, siendo estudiante de biología en la Universidad de Costa Rica, vi una especie de tentáculos cristalinos en los caracoles de charca que tenía sobre mi escritorio y que había recogido en una charca de San Pedro de Pavas (Costa Rica). Me fascinaron, pero no sabía que eran, y el Dr. Pedro Morera me ayudó a preparar unas de estas lombricitas y enviarlas a identificar por un experto en Brasil, cuyo nombre ya no recuerdo.
Hasta donde sé, el primero en decir que había algo raro con estas lombrices fue E. Michelson, quien en 1964 notó que además de proteger a los caracoles del parásito Schistosoma mansoni, algunas de estas lombrices aparecían dentro del riñón del caracol, donde difícilmente estarían haciendo algo bueno; pero no sabía por qué¹.
Al año siguiente, el zoólogo galés L. Gruffydd resolvió la primera parte del problema: la lombriz parecía tener dos subespecies, una, Chaetogaster limnaei limnaei, vivía sobre la piel del caracol y le beneficiaba al comerse los tremátodos parásitos que se acercaban para atacarlo. La otra, Chaetogaster limnaei vaghini, penetraba en el riñón del caracol y lo parasitaba. Agregaba que, cuando el caracol moría, las lombrices buscaban nuevos hogares y aprovechaban esos tiempos difíciles para aparearse. Sin embargo, sin el cobijo del caracol, muchas morían².
Pasaron 25 años y un equipo de investigadores se dio cuenta de que el asunto era más complejo. Sí, las lombrices que se quedan en la superficie del caracol se comen todo lo que se acerque y les quepa en la boca, protegiendo al caracol de los tremátodos parásitos, pero si demasiadas lombrices ocupan un caracol, se vuelven una carga, y el resultado es que los caracoles recargados ponen menos huevos³.
Ese mismo año, estudiando las Chaetogaster del caracol Helisoma anceps, se descubrió que las lombrices escasean en los caracoles cuando el clima es muy frío, y que prefieren los caracoles infectados por el tremátodo Halipegus occidualis, que para las lombrices es un alimento poco móvil y fácil de capturar⁴.
Pero lo más interesante es que nada se puede generalizar sobre estas lombrices: los datos son contradictorios de un estudio a otro. Protegen al caracol Biomphalaria glabrata del temido parásito Schistosoma mansoni, pero irónicamente, ¡los caracoles con el parásito crecen mejor y ponen más huevos! En ese caso, el concepto del tremátodo como parásito queda en duda porque un parásito debe hacer un daño neto a su hospedero⁵.
Algunas notas sobre la lombriz Chaetogaster limnaei en mi cuaderno de bocetos. Gran cantidad de lombrices, parecidas a filamentos cristalinos, cubren la piel del caracol de la fotografía, tomada por Michal Maňas. Traducción: *El pequeño gusano Chaetogaster limnaei. **El gusano se alimenta de cercarias, larvas de tremátodos que son parásitos de los caracoles. ***Gusano reproduciéndose asexualmente en dos gusanos más.
Las lombrices prefieren a los caracoles de ciertas especies; dentro de una especie prefieren los individuos más grandes y espaciosos; y aun si son grandes, los evitan si carecen de parásitos, porque solo los caracoles parasitados liberan las larvas que sirven de alimento a la lombriz⁶.
Por años me he preguntado si estas dos “subespecies” son en realidad dos especies totalmente diferenciadas: la vaghini, interna y claramente parásita; y la limnaei, que vive fuera y ofrece diversos grados de beneficio al caracol, dependiendo del ambiente y la especie de caracol en que esté. Un estudio del 2015 dice que no, que son un caso rarísimo de “plasticidad intraespecífica” en que la misma especie puede actuar como parásita o como protectora, y que proviene de una antigua lombriz que era parásito externo de los moluscos⁷.
Puede ser, pero yo, seguiré dudando hasta que exista mejor evidencia sobre la complejísima relación entre estas lombrices y sus caracoles, la cual nos recuerda que, en la naturaleza, rara vez la respuesta es tan simple como parece.
Publicado originalmente en Blog Biología Tropical: 12 de agosto 2020
*Editado por Zaidett Barrientos, Katherine Bonilla y Carolina Seas.