Autor: Julián Monge Nájera, Ecólogo y Fotógrafo   

 

Aislados del mundo por 80 millones de años, los caracoles carnívoros gigantes de Nueva Zelanda nunca desarrollaron resistencia a la desecación y carecen de mandíbulas. Algunos se encuentran en peligro de extinción, y medidas desesperadas como rociar veneno sobre sus enemigos no han funcionado.

Caracol gigante de Nueva Zelanda. Fuente: Wikimedia.

Los caracoles gigantes de Nueva Zelanda, del género Powelliphanta, provienen de un grupo muy antiguo, presente en el supercontinente de Gondwana cuando aparecieron los primeros dinosaurios, pero el hecho de que este género en particular solo esté en Nueva Zelanda sugiere que su aparición se dio hace menos de 80 millones de años, cuando esas islas se separaron de tierras adyacentes.

Por razones que se desconocen, estos caracoles no se alimentan de algas o vegetación descompuesta. Siguen un camino muy distinto, son carnívoros, pero, al no tener mandíbulas, cosa extraordinaria en un depredador, tienen que raspar lentamente la carne con sus lenguas dentadas (rádulas). Sus víctimas principales son sus parientes las babosas (que no son otra cosa que caracoles sin concha) y las lombrices. Estos caracoles aparentemente se convirtieron en depredadores de forma independiente de otros caracoles carnívoros como Rumina y Euglandina.

Así como su evolución limita su forma de procesar el alimento, también limita donde pueden vivir, ya que no pueden sellar su concha con una membrana para evitar la desecación; esto los obliga a pasar el día ocultos en el suelo y alimentarse y aparearse de noche.

Su dificultad para sobrevivir en los tiempos actuales lo comparten con muchas otras especies de Nueva Zelanda, y surgen de vivir tan aislados. Básicamente, se trata de los últimos representantes de grupos antiguos y poco competitivos, extintos en el resto del mundo; todos tienen poblaciones pequeñas y aisladas, son de gran tamaño corporal, tienen dietas extrañas, y sus vidas son largas, pero tienen pocos descendientes¹. 

Los enemigos naturales de estos caracoles incluyen a los loros kea (Nestor notabilis) y kaka (Nestor meridionalis), y la gallineta weka (Gallirallus australis), que también están en peligro de extinción y vienen de grupos antiguos, escasos, grandes y de larga vida. 

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En mi cuaderno de bocetos, el caracol gigante junto al mapa de Nueva Zelanda y tres de sus enemigos naturales. También es víctima de las ratas y otros animales importados, pero su mayor enemigo podría ser el ser humano, que modifica sus hábitats.

Pero lo más oportuno de ver en el caso de estos caracoles, son los esfuerzos desesperados de los neozelandeses por conservarlos. Nueva Zelanda es un país atípico, aislado del mundo, pocos saben apenas que existe, pero se trata de un país donde enormes recursos se distribuyen entre una población humana de apenas 5 millones. En otras palabras, es un país rico que podría invertir mucho en conservar su naturaleza. 

El primer problema para conservar los caracoles gigantes de Nueva Zelanda es que no se sabe quiénes son; es decir, este género podría tener medio centenar de especies, pero la mayoría no están descritas. Por otra parte, tardan entre 5 y 8 años en alcanzar la capacidad reproductiva, y en climas muy fríos, los huevos necesitan hasta año y dos meses para eclosionar. 

Para su conservación, se ha intentado criarlos en cautiverio, y eliminar a sus enemigos en la naturaleza. 

Criarlos en cautiverio no resulta muy prometedor, ya que cada individuo hermafrodita pone cuando mucho 10 huevos por año (Powelliphanta augusta). Requieren mucho espacio para sobrevivir, es difícil que se reproduzcan en cautiverio, y darles calcio para que desarrollen sus conchas más bien los mata².

La opción de matar con veneno a las ratas que se los comen tampoco ha sido muy exitosa, pues si leemos cuidadosamente la evidencia que presentó S.J. Bennett, vemos que el beneficio para los caracoles es dudoso³.

En breve, si los caracoles gigantes de Nueva Zelanda subsistirán, será más probablemente porque se conserven sus hábitats en forma prístina⁴.

*Editado por Zaidett Barrientos, Katherine Bonilla y Carolina Seas.

Publicado originalmente en Blog Biología Tropical: 14 de agosto 2020

 

REFERENCIAS

¹ Daugherty, C. H., Gibbs, G. W., & Hitchmough, R. A. (1993). Mega-island or micro-continent? New Zealand and its fauna. Trends in Ecology & Evolution8(12), 437-442.

² Allan, T. E. (2010). Husbandry of the Carnivorous Land Snail, Powelliphanta augusta (Gastropoda: Pulmonata: Rhytdidae) (Thesis). Victoria University, Wellington, New Zealand.

³ Bennett, S. J. (2001). The effects of introduced predators and the invasive weed Tradescantia fluminensis (Vell.)(Commelinaceae) on the land snail Powelliphanta traversi traversi (Powell)(Gastropoda: Pulmonata: Rhytididae) (Thesis).  Massey University, New Zealand.

⁴ Meads, M. J., Walker, K. J., & Elliott, G. P. (1984). Status, conservation, and management of the land snails of the genus Powelliphanta (Mollusca: Pulmonata). New Zealand Journal of Zoology, 11(3), 277-306.