Autor: Julián Monge Nájera, Ecólogo y Fotógrafo
Imagino cómo, hace más de 150 años, Emma Darwin mostró su acostumbrada paciencia y amor cuando su esposo Charles se puso a sumergir caracoles terrestres en agua de mar. ¿Para qué lo hacía? Para resolver uno de los grandes misterios de la naturaleza, cómo es que los lentos y frágiles caracoles de tierra aparecen en medio de los más mortales desiertos y en islas lejanas que nunca estuvieron conectadas a los continentes.
Fuente: Wikimedia.
Charles Lyell, cuyo libro de geología fue fundamental para que Darwin descubriera cómo evolucionan las especies, había escrito que los caracoles terrestres solo podían haber llegado a algunos lugares inexplicables sin habían sido llevados por el mar o por las aves. Pero era solamente una idea, no había ninguna evidencia que lo apoyara. Como buen científico, Darwin hizo experimentos en los cuales su esposa, amorosa y paciente, le ayudaba siempre que podía, igual que cuando le tocó el piano para ver si la lombrices podían escuchar piano (Emma estudió piano, y nada menos que con Frédéric Chopin). Darwin encontró que los caracoles Helix pomatia sobrevivían 20 días en agua de mar; así, podían viajar grandes distancias en la vegetación flotante que los ríos llevan al mar durante las tormentas y luego iniciar nuevas poblaciones en lugares despoblados¹.
En mi cuaderno de bocetos, maneras en que los caracoles terrestres pueblan el mundo: llevados por mar y aire durante las tormentas, así como por insectos y aves. El caracol caribeño Succinea riisei ha sido hallado en aves que vuelan sobre el desierto de Arizona.
Pero el experimento de Darwin no probaba que los caracoles sobrevivían al viaje por mar en restos flotantes, solo que podía ocurrir. Sin embargo, en 2011, unos científicos polacos recogieron vegetación traída a la playa por una tormenta en el Mar Báltico, y en ella hallaron varios caracoles Cepaea nemoralis sanos y salvos; estos caracoles siguen poniendo huevos fertilizados por más de un año después de su apareamiento, con lo que basta uno para establecer toda una población².
Pero una manera aún más increíble que usan los caracoles terrestres para viajar, es el vuelo, adheridos a insectos. Por supuesto esto no lo creeríamos, sino fuera porque hay una decena de casos confirmados por la ciencia. Por ejemplo, diminutos Pomatias elegans en patas de abejorros³.
El pequeño caracol Vitrina pellucida aparece ocasionalmente en el plumaje de aves migratorias, que llevan hasta 10 caracoles cada una, por ejemplo, en la corneja Corvus corone, que viaja de norte a sur dentro de Eurasia, o incluso hay casos en especies que viajan distancias mucho mayores, como el caracol puertoriqueño Succinea riisei que se encontró en un gorrión (Pooecetes gramineus) en el desierto de Arizona. Un caso aun más espectacular: se han encontrado huevos de caracoles Succinea en medio desierto del Sahara, adheridos a aves migratorias que viajan entre África y Europa³.
Huevos de caracol terrestre en aves capturadas en medio desierto del Sahara, caracoles vivos en nidos de águila, heces de pez y hasta en el viento, o especies casi extintas que aparecen en techos de edificios: el tema de los viajes de los caracoles terrestres me sigue fascinando tras varias décadas.
Además de largos vuelos en aves migratorias, los caracoles terrestres pueden ser llevados distancias cortas por las aves que recogen vegetación para sus nidos, por ejemplo, los caracoles Fruticicola fruticum yZonitoides nitidus⁴.
El caracol Cochlicopa lubrica ha sido hallado en Europa en nidos de águila (Aquila pomarina). En los nidos, los caracoles no solo encuentran un nuevo lugar para colonizar, sino microclima adecuado y alimentación abundante⁵.
Otra forma de “volar” es llevados por el viento tormentoso, y aunque sean unos pocos metros, pueden cruzar, por ejemplo, pequeños causes de agua que de otra manera serían una barrera. Esto se ha demostrado en Hawaii colocando transmisores en dos especies de caracol de follaje, Achatinella mustelina y Achatinella sowerbyana⁶.
Experimentos hechos en los años 90 demostraron que caracoles muy pequeños, sea porque son muy jóvenes o por ser de especies diminutas como Truncatellina rothi, pueden viajar kilómetros sobre mar y tierra llevados por los fuertes vientos de tormenta⁷.
Igualmente sorprendente es el caso de los Vallonia, pequeños caracoles terrestres que viven en vegetación junto al agua: sus fósiles desde hace 5 millones de años, y su distribución actual, coinciden con las de ciertos peces. Son caracoles terrestres, pero a razón parece ser que los peces los tragan accidentalmente al comer vegetación de la orilla. Los caracoles sobreviven el paso por el sistema digestivo, viajando de esa manera grandes distancias río arriba. Peces y caracoles están íntimamente asociados, y al desaparer sus hábitats, ambos se están extinguiendo⁸.
Es posible que el mayor distribuidor de los caracoles terrestres sea el ser humano, que lleva tierra, plantas, peces y equipo a todo el mundo. Ya mencioné en esta serie como algunos caracoles viajaron con el ejército romano y, más recientemente, con el de los EEUU. Pero hay otras formas, cada vez están más de moda los techos con vegetación o green roofs, donde miles de especies encuentran un hábitat sobre casas y edificios. Entre ellos, se han encontrado en años recientes desde especies comunes, hasta especies muy escasas o incluso extintas en ciertas regiones. Los primeros que parecen haberlo notado son los finlandeses, que hallaron cuatro especies en los techos: Cochlicopa lubrica, Oxyloma elegans, Pseudotrichia rubiginosa, ySuccinella oblonga⁹. Estos caracoles son transportados en la vegetación y tierra que el ser humano usa para construir esos techos con vegetación. ¿Notó la pintura de portada de Darwin niño, sosteniendo una maceta que casi con seguridad contenía muchos huevos invisibles de invertebrados?
El viento, el agua y otros animales, desde los esperables como las aves, hasta los inverosímiles como peces e insectos, son las “agencias de viaje” que explican la increíble capacidad de uno de los animales más lentos del mundo para viajar por todo el planeta. Y ellos, de alguna manera, hacen lo mismo por otros: un estudio reciente demostró que los caracoles son dispersores de muchos nematodos, que sobreviven al sistema digestivo de estos moluscos¹⁰.
*Editado por Zaidett Barrientos, Katherine Bonilla y Carolina Seas.
Publicado originalmente en Blog Biología Tropical: 18 de agosto 2020
REFERENCIAS
¹ Darwin, C. (1859). On the origin of species by means of natural selection. London, England: John Murray.
² Ożgo, M., et al. (2016). Dispersal of land snails by sea storms. Journal of Molluscan Studies, 82(2), 341–343.
³ Rees, W. J. (1965). The aerial dispersal of mollusca. Journal of Molluscan Studies, 36(5), 269-282.
⁴ Shikov, E. V., & Vinogradov, A. A. (2013). Dispersal of terrestrial gastropods by birds during the nesting period. Folia Malacologica, 21(2), 105-110.
⁵ Maciorowski, G., et al. (2012). An example of passive dispersal of land snails by birds-short note. Folia Malacologica, 20(2), 139-141.
⁶ Hall, K. T., & Hadfield, M. G. (2009). Application of harmonic radar technology to monitor tree snail dispersal. Invertebrate Biology, 128(1), 9-15.
⁷ Kirchner, C. H., et al. (1997). Flying snails—how far can Truncatellina (Pulmonata: Vertiginidae) be blown over the sea?. Journal of Molluscan Studies, 63(4), 479-487.
⁸ Altaba, C. R. (2015). Once a land of big wild rivers: specialism is context-dependent for riparian snails (Pulmonata: Valloniidae) in central Europe. Biological Journal of the Linnean Society, 115(4), 826-841.
⁹ Páll-Gergely, B., et al. (2014). Green roofs provide habitat for the rare snail (Mollusca, Gastropoda) species Pseudotrichia rubiginosa and Succinella oblonga in Finland. Memoranda Societatis pro Fauna et Flora Fennica, 90, 13–15.
¹⁰ Sudhaus, W. (2018). Dispersion of nematodes (Rhabditida) in the guts of slugs and snails. Soil Organisms, 90(3), 101-114.