Autor: Julián Monge Nájera, Ecólogo y Fotógrafo
En su novela de 1897 Drácula, Bram Stoker usó la naturaleza de Transilvania como trasfondo, pero, aparte de los lobos, no convirtió a los animales en personajes de su novela. Esto me llevó a preguntarme qué tipo de caracoles terrestres habitan en el bosque de los Cárpatos que tanto asustó a Jonathan Harker en la tierra de Vlad Drácula.
Vlad Tepes (Drácula) y castillo en Transilvania. Modificado de Young Shanahan and Trafalgar.
En Drácula, Bram Stoker comentó que el paisaje de Transilvania se encontraba entre las últimas regiones desconocidas que quedaban Europa; pero, afortunadamente, si desea aprender sobre los caracoles terrestres de Transilvania, existe un estudio reciente hecho en Cheile Vârghișului, una de las zonas de piedra caliza ricas en caracoles que aún se hallan en los montes Cárpatos¹.
Esperaba unos caracoles monstruosos, aptos para hacer compañía a los vampiros, pero no, los caracoles transilvanos son diminutos, muchos están en peligro de extinción y, en algunos casos, solo sabemos que existen.
En el bosque de los Cárpatos abunda el haya común (Fagus sylvatica); hogar de lobos, osos, jabalíes y corzos, que dan miedo por la noche:
“Entonces, en la distancia, desde las montañas a cada lado de nosotros se escuchó un aullido más fuerte y más agudo, el de los lobos, que afectó tanto a los caballos como a mí de la misma manera, porque estaba dispuesto a saltar del coche y correr, mientras los caballos se encabritaban y corrían enloquecidos, de modo que el conductor tuvo que utilizar todas sus fuerzas para evitar que se desbocara”².
Los hábitats de piedra caliza, que desde la distancia parecen cráneos gigantes, tienen grandes poblaciones de pequeños caracoles, como el caracol cilíndrico (Truncatellina cylindrica) y el caracol del maíz (Granaria frumentum). Las partes más verdes están dominadas por los llamados caracoles de puerta o clausilíidos, principalmente el caracol ondulado (Laciniaria plicata), el caracol de filigrana (Ruthenica filograna) y el caracol bogatense (Alopia bogatensis). Aquí hay algunos bocetos en acuarela que hice para dar una idea de cómo se ven estos caracoles:
En mi cuaderno de bocetos: un resumen de los caracoles de Transilvania.
El caracol cilíndrico, Truncatellina cylindrica
Empecemos por el caracol cilíndrico (Truncatellina cylindrica); a diferencia de las otras especies de este bosque, sabemos un poco sobre este caracol, llamado con humor por el profesor Kirchner y sus colegas “el caracol volador” por la razón que veremos pronto.
El caparazón de 2 mm de largo es de un hermoso color café dorado, y sus interrupciones en el crecimiento son un indicio de que el animal sobrevive al invierno pero deja de crecer durante esa temporada difícil.
Se encuentra en áreas soleadas y, curiosamente, este caracol se ha estado guareciendo bajo plantas del género Sedum por miles de años, mucho antes de que estas plantas se volvieran comunes en nuestros propios “techos vivos” o greenroofs (sempergreen.com).
En la segunda mitad del año, este caracol pone hasta 11 huevos, más pequeños que el punto de un bolígrafo, pero sorprendentemente protegidos por calcio, como los huevos de los vertebrados. Después de tres semanas, eclosionan y los caracoles resultantes viven un máximo de 2 años.
Se cree que los caracoles de este tamaño son transportados por el viento a grandes distancias, incluso sobre el mar, por eso se les ha llamado “caracoles voladores”³.
El caracol cilíndrico puede volverse común en los castillos abandonados, pero sufre cuando los castillos se restauran y pierden sus microhábitats⁴.
El caracol de grano, Granaria frumentum
El segundo caracol de nuestra lista, el caracol de grano, de 8 mm de largo, Granaria frumentum, crece mejor en la ladera norte de las colinas, al igual que sus parientes en la Fortaleza de Saladino (ver el artículo de Saladino de esta serie aquí)⁵.
Nadie sabe por qué esta especie es más grande del lado norte, pero probablemente ese lado sea más húmedo y, por lo tanto, más rico en alimentos y menos exigente fisiológicamente. El efecto del clima sobre el tamaño de las conchas de esta especie se utiliza para estimar la temperatura en sitios arqueológicos⁶.
Este pobre caracol es la única víctima de las larvas de la mosca parasitoide Pherbellia limbate⁷.
El caracol ondulado, Laciniaria plicata
Con 4 cm de largo, el caracol ondulado, Laciniaria plicata, es un gigante entre los caracoles de esta familia, que normalmente miden menos de 1 cm de largo; poco se sabe sobre su biología, pero curiosamente se ha encontrado adherido en ranas⁸.
Aparte de eso, no pude encontrar casi nada sobre el caracol ondulado de Transilvania.
El caracol de filigrana, Ruthenica filograna
El caracol de filigrana, Ruthenica filograna, mide 9 mm de largo, es de color marrón amarillento pálido, y curiosamente la forma de su apertura cambia mucho de una región a otra, pero nadie sabe si se trata de una adaptación a las condiciones locales o una mutación aleatoria⁹.
A diferencia de los vampiros ficticios, parece que le va bien en lugares soleados y puede enterrarse cuando el clima demasiado frío y seco lo hace necesario. Los caracoles de filigrana se vuelven adultos en 3-6 meses¹⁰.
Les gusta vivir en la hojarasca de varias especies (Carpinus betulus y Fraxinus excelsior), pero evitan la hojarasca de roble (Quercus), sicómoro (Acer pseudo-platanus) y álamo (Populus tremula), que pueden resultarle incomibles¹¹.
El caracol bogatense, Alopia bogatensis
El caracol bogatense, Alopia bogatensis, es de color córneo amarillento, de tamaño intermedio (19 mm) y parece preferir los hábitats húmedos de piedra caliza en las montañas. Donde se le encuentra, domina a otros caracoles y alcanza grandes densidades¹.
A diferencia de la mayoría de los caracoles terrestres, los miembros de la familia Clausiliidae son casi exclusivamente siniestros, o sea, se enrollan hacia la izquierda (si uno los coloca con la punta para arriba y la apertura hacia uno). Y en el caso del género Alopia, al que pertenece el caracol bogatense, se conocen tanto especies siniestras como diestras; nadie sabe por qué no se ha fijado una dirección de crecimiento en estos misteriosos animales, cuando si ha ocurrido en la mayoría de las especies ¹².
¿Desaparecerán los caracoles en la oscuridad de la noche de Transilvania?
Los caracoles de los Cárpatos están amenazados por la continua destrucción de su hábitat y, en algunos casos, representan las últimas poblaciones de especies ahora extintas en otras partes de Europa. Su supervivencia depende de la persistencia de hábitats de piedra caliza con buena humedad y vegetación o, para otras especies, de la disponibilidad de bosque con la hojarasca adecuada¹. Esperemos que se queden con nosotros durante muchos años.
Solo puedo preguntarme si, en algún momento de su vida, tal vez de niño, Vlad Drácula se tomó un momento para observar alguno de estos caracoles que habitaban su hermosa pero sufrida tierra.
*Editado por Zaidett Barrientos, Katherine Bonilla y Carolina Seas.
Publicado originalmente en Blog Biología Tropical: 21 de agosto 2020
REFERENCIAS
¹ Gheoca, V. (2016). Land snail communities of Cheile Vârghișului Nature Reserve (the Perșani Mountains, Romania). Studia Universitatis Babeş-Bolyai Biologia, 61(2), 167-176.
² Stoker, B. (1897). Dracula. New York, USA: Grosset and Dunlap.
³ Kirchner, C. H., Krätzner, R., & Welter-Schultes, F. W. (1997). Flying snails—how far can Truncatellina(Pulmonata: Vertiginidae) be blown over the sea? Journal of Molluscan Studies, 63(4), 479-487.
⁴ Alexandrowicz, W. P. (2013). The malacofauna of the castle ruins in Melsztyn near Tarnow (Roznow Foothills, Southern Poland). Folia Malacologica, 21(1), 9-18.
⁵ Gittenberger E. (1973). Beitrage zur Kenntniss der Pupillacea. III. Chondrininae. Leiden, 127, 1-266.
⁶ Sólymos, P., & Sümegi, P. (1997). The shell morpho-thermometer method and its application in palaeoclimatic reconstruction. Annales Universitatis Scientiarum Budapestinensis de Rolando Eotvos Nominatae, Sectio Geologica, 32, 137-148.
⁷ Nerudova-Horsakova, J., et al. (2016). Biology and immature stages of Pherbellia limbata (Diptera: Sciomyzidae), a parasitoid of the terrestrial snail Granaria frumentum. Zootaxa, 4117(1), 048-062.
⁸ Kolenda, K., et al. (2017). A possible phoretic relationship between snails and amphibians. Folia Malacologica, 25(4), 281-285.
⁹ Szybiak, K., & Leśniewska, M. (2008) Variability in the sculpture of the shell aperture of Ruthenica filograna (Rossmässler, 1836) (Gastropoda: Clausiliidae) in specimens from natural populations and from laboratory breeding. Journal of Molluscan Studies, 74 (2), 183-189.
¹⁰ Szybiak, K., et al. (2015). Reproduction and shell growth in two clausillids with different reproductive strategies. Biologia, 70(5), 625-631.
¹¹ Szybiak, K., et al. (2009). Variation in spatial structure and abundance of clausiliids (Mollusca: Clausiliidae) in the nature reserve Debno nad Wartą (W Poland) during wintering. J. Conch, 39(6), 611-620.
¹² Fehér, Z., et al. (2013). Molecular phylogeny of the land snail genus Alopia (Gastropoda: Clausiliidae) reveals multiple inversions of chirality. Zoological Journal of the Linnean Society, 167(2), 259-272.