Uno de los proyectos con mayor actividad del Laboratorio de Ecología Urbana de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), se llama “Alternativas de desarrollo sostenible y conservación de bosque en los territorios indígenas de la zona de amortiguamiento del sector Pacífico del PILA”.

Este proyecto es coordinado por el investigador Frank González, quien se plantea el sueño de establecer sistemas agropecuarios diversos que armonicen con la conservación del bosque tropical. Un modelo que se asemeja al sistema tradicional practicado por los bribris y cabécares de este sector, y por ello lo llaman sistema Skowak. En estos se incluyen gran variedad de plantas – ayotes, frijoles, frutales… –  que se plantan en compañía de la cobertura boscosa propia de esta región. En esencia se trata de parcelas de agricultura familiar diversificada, manejadas bajo principios agroecológicos. Pero esta esencia, aunque ya suficientemente dulce, sabe mejor cuando además, conocemos el contexto en el que estos territorios indígenas se desenvuelven. Un paisaje que sufrió una rápida deforestación entre 1950 y 1980 debido a la expansión ganadera y que ahora afronta el embate de la expansión piñera, una industria que aparenta abastecer la necesidad de empleo de una población empobrecida. Mucho ha faltado en esta región, incluyendo la buena planificación. Nadie se imaginó que cuando en 1979 los cultivos de piña cubrían 500 ha del cantón de Buenos Aires, estos se iban a expandir exponencialmente hasta cubrir las más de 7000 ha que cubren hoy. ¿Bueno o malo? Esa pregunta tiene muchas respuestas y aristas, pero lo cierto es que nadie lo planificó y por ello se han desatado problemas socio-ambientales de alta complejidad, que pocos se atreven a brindar soluciones.

Esto es justamente lo que ha planteado el proyecto del Laboratorio de Ecología Urbana, una alternativa al sistema que hoy domina, pero que no es sostenible ambiental ni socialmente. Las parcelas familiares de agricultura diversificada son un modelo que “naturaliza la sociedad y socializa la naturaleza”, o sea nos acerca al ambiente que nos rodea, nos hace parte de el y nos invita a disfrutar de los beneficios que ofrece un ecosistema saludable. Seguiremos de cerca el desarrollo de este sueño que ya se rodea de 152 ha de cobertura boscosa en paisajes productivos. Puedes leer la más reciente publicación de Frank González en el enlace:

http://leisa-al.org/web/index.php/volumen-34-numero-4/3667-impacto-de-la-produccion-pinera-en-la-poblacion-de-la-zona-de-amortiguamiento-de-la-reserva-de-biosfera-la-amistad-costa-rica

Redacción: Elena Vargas Fonseca

Fotografía: Frank González