Tres precarios - Los Cuadros, Tirrases y Miramar, una inversión estatal para mejorar sus condiciones de infraestructura y un investigador - David Aguilar Zúñiga. Estos fueron los ingredientes iniciales para el desarrollo de un estudio que midió el impacto de esta inversión sobre indicadores ambientales y sociales.

 

En estos tres precarios se tenía previsto una inversión por parte del Programa de Erradicación de Asentamientos en Condición de Precario y Tugurio (PEPT) en aceras, mobiliario urbano, alumbrado público, sistemas de evacuación pluvial, superficies de concreto y arborización. El investigador Aguilar evaluó una serie de indicadores, antes y después de las obras, para entender si el mejoramiento en infraestructura significa un cambio en condiciones ambientales, por ejemplo calidad del aire, conducción de aguas, afectaciones al suelo, manejo de residuos, biodiversidad, entre otras, así como en condiciones sociales, por ejemplo seguridad, uso del espacio y organización comunitaria.

 

 

Los gráficos que elaboró el investigador Aguilar muestran la calificación de cada indicador, antes y después de la inversión. Una de estas, fue el Parque CEN de Los Cuadros, en donde se tomó un lote baldío y se construyó un parque con aceras, desfogue pluvial, sistema de iluminación, mobiliario urbano, áreas verdes y elementos de tránsito peatonal y vehicular. En conjunto, los indicadores sumaron un total de 50 puntos antes de la inversión. Posteriormente, una vez finalizada la inversión, los mismos indicadores sumaron un total de 89 puntos, lo que significa una mejoría en 39 puntos.

 

 

En muy pocos casos se percibió un retroceso en las condiciones existentes. Por ejemplo, la inversión realizada en la plaza de deportes de Los Cuadros, promovió el uso colectivo del espacio para el consumo de drogas y alcohol. En casos así es importante velar porque el espacio sea apropiado por otros actores de la comunidad y alejar a aquellos que no son aceptados por la comunidad general. Similarmente, la infraestructura para la distribución de agua potable y tránsito vehicular – peatonal, realizada en Miramar, significó un recubrimiento de superficies y eliminación de la vegetación natural, lo cual fue calificado de forma negativa. En casos así el autor aconseja que la vegetación sea sustituida por jardineras con arbustos, jardines verticales, parches vegetales y un diseño para la arborización.

 

En general este estudio demuestra que la inversión en infraestructura impacta de forma positiva las condiciones ambientales y sociales de una comunidad, incluso en aspectos colaterales que traen nuevos beneficios, por ejemplo, la reducción de malos olores, plagas y prácticas nocivas como la quema de residuos. El investigador Aguilar recomienda que los criterios de diseño de estos espacios públicos, sean revisados para lograr el mayor impacto a nivel socio-ambiental y mejorar la utilización de los recursos estatales. Además, nos deja la curiosidad despierta en cuanto a las repercusiones de estos proyectos en materia de salud, sustentabilidad, cohesión social y rentabilidad económica.

 

Lea el artículo completo siguiendo el enlace:

http://investiga.uned.ac.cr/revistas/index.php/cuadernos/article/view/2035

 

Redacción: Elena Vargas Fonseca

Fotografía: AmslerPix, Flickr

Gráfico y cuadro: David Aguilar Zúñiga