En el 2007, la Asamblea Legislativa declaró a la Universidad Estatal a Distancia (UNED) Institución Benemérita de la Educación y la Cultura, de eso, hace ya ocho años.
Esta conmemoración, es una de las actividades más solemnes que lleva a cabo la institución. El Consejo Universitario celebra una sesión extraordinaria pública, (Este año correspondió a la 2471-2015), en el marco de la cual, además, entrega el reconocimiento a funcionarios y a estudiantes distinguidos del año, así como los títulos a los catedráticos.
El orgullo unediano y la emotividad siempre marcan dicha celebración. Por otra parte, se concibe como una renovación del compromiso de cada uno de los funcionarios con la sociedad costarricense. Así lo dejó ver Luis Guillermo Carpio, rector de la UNED y presidente del Consejo Universitario.
“Debemos seguir luchando y exigir el respeto a la autonomía constitucionalmente otorgada y acertadamente definida para las universidades públicas de Costa Rica y no permitir la influencia de la política nacional en la política universitaria, ante los ataques y amenazas de los grupos radicales con intereses particulares que ven a nuestro quehacer como su mayor riesgo de negocio. Y esa defensa abierta, franca y valiente debe ser nuestra no solo como mayor aspiración de universitarios, sino que debe estar como parte de la responsabilidad de defender lo heredado y garantizar de dejar ese tesoro costarricense a las nuevas generaciones”, aseveró el jerarca.
Agregó: “Seguimos evolucionando, somos la institución universitaria con mayor cobertura de América Latina. Nuestras limitaciones no han restado la determinación en darle prioridad a la calidad, de responder con carreras pertinentes y necesarias, llegando a las zonas donde más se requieren, respondiendo de forma efectiva a las necesidades educativas de las regiones, sus habitantes, los sistemas productivos y todo lo que represente desarrollo y realización personal. Seguimos brillando con luz propia, con una propuesta, única, inclusiva y en transformación permanente”.
Carolina Amerling, miembro interno del Consejo Universitario, también reflexionó acerca de la misión que estamos llamados a cumplir todos los funcionarios. ¿Cómo podemos dar mérito y ser dignos de la distinción dada a esta casa de enseñanza? Inquirió la consejal.
“Podemos hacer cambios desde el simple hecho de recoger una basura en el camino, de cerrar una llave cada vez que usamos un conducto de agua, de limitar nuestro consumo de papel y energía. Podemos dejar una huella de conocimiento innovador, desde los procesos de investigación, buscando cómo resolver los problemas que acogen nuestro país. Podemos sembrar en nuestros estudiantes un espíritu emprendedor para lograr nuevas fuentes de trabajo”, afirmó Amerling.
Y al sector más importante de la universidad también le lanzó unas preguntas reflexivas: “¿Están honrando los estudiantes el esfuerzo de sus padres por darles educación? ¿Están ustedes, estudiantes, tomando con pasión sus estudios? ¿Están abriendo los materiales que ponemos, cuatrimestre a cuatrimestre, en sus manos como quien abre una caja de un tesoro?”
En la conferencia de fondo, “Centros Universitarios: Una UNED en Cada Comunidad”, dictada por Evelyn Gutiérrez, administradora del Centro Universitario de Puntarenas, también hubo un alto de reflexión.
Gutiérrez mencionó: “Con el nacimiento de la Universidad Estatal a Distancia las opciones y oportunidades de estudio cambiaron. La universidad llegó a las comunidades para quedarse a través de sus centros universitarios”.
Sin embargo, recalcó que, inicialmente, los centros universitarios tuvieron un accionar limitado en las comunidades al realizar gestiones de trasiego de documentos lo cual impedía tomar otro tipo de acciones vinculantes con estas.
“El tiempo ha permitido que la UNED madure y, con ello, se consolide como una universidad de prestigio nacional e internacional. Este crecimiento ha contribuido a que también los centros universitarios estén evolucionado paulatinamente hacia un quehacer más dinámico propiciador de espacios de reflexión académica”, señaló Gutiérrez.
Apuntó, además: “Queda mucho trabajo por hacer y para que ese cambio sea sustantivo, también, debe considerar el fortalecimiento de su bien más esencial: el recurso humano. La educación tiene un desafío estratégico que permite enriquecer las regiones mediante acciones colaborativas interinstitucionales, que unan esfuerzos para mejorar las comunidades”.
“La globalización ha cambiado la forma de ver las cosas despertando en el ser humano nuevas capacidades y formas de afrontar los desafíos de nuestro tiempo. En estos cambios, los centros universitarios se convierten en un vehículo que contribuye a mejorar las condiciones de vida de las personas al brindarle al público un abanico de opciones educativas que permiten que estos puedan ampliar sus conocimientos”, puntualizó la académica.
Luego, llegó el momento de distinguir a los funcionarios y estudiantes del año. Rafael Méndez, de la Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades recibió el galardón correspondiente al sector académico, mientras que Wagner Peña, de la Escuela de Ciencias Exactas y Naturales y Pedro Díaz, de la Escuela de Ciencias de la Educación, recibieron mención de honor.
Juan Gerardo Soto, funcionario del Centro Universitario de Cañas, reunió los méritos necesarios para quedarse con la distinción correspondiente al sector administrativo. Mientras que Stephanie Fallas fue la estudiante distinguida. Fiorella Monge y Magdalena Arroyo recibieron mención de honor.
Al recibir el galardón, la estudiante Stephanie Fallas rememoró sus vivencias en la institución y remarcó el orgullo por esta casa de estudios superiores.
Una cuota extra de emotividad la aportó la entrega del título de catedrática honorífica a familiares de Ida Fallas Monge. Fallas Monge laboró para la UNED poco más de 20 años y, antes de fallecer, alcanzó legalmente dicha condición; no obstante, la declaratoria como tal fue póstuma.
La exfuncionaria obtuvo la Maestría en Educación con Énfasis en el Uso Educativo de las Computadoras, graduada de la Universidad de Hartford, Estados Unidos. Era Bachiller en Ciencias de la Educación Primaria por la Universidad de Costa Rica y se egresó del Doctorado en Tecnología Instruccional y Educación a Distancia en Nova Southeastern University.
Fue autora de unidades didácticas y multimedios. Se desempeñó como encargada del Programa de Desarrollo Profesional en Línea y fue directora de la Escuela de Ciencias de la Educación.
Adicionalmente, se les entregó el título de catedráticas a las funcionarias Roxana Morales y María Alejandra Maglianesi, de la Vicerrectoría de Investigación y a Ileana Salas, del Sistema de Estudios de Posgrado. Ellas obtuvieron el grado de profesional 5, según lo certificó la Comisión de Carrera Profesional.