Por cuarta ocasión, Víquez, dueña de dos proyectos de vida: su familia y la Universidad Estatal a distancia (UNED), según ella misma lo confiesa, vuelve al Consejo Universitario con la consigna de coadyuvar en el fortalecimiento institucional.

 

Algunas de sus ideas se muestran a continuación.

 

1.    ¿Qué la motivó a postularse por cuarta vez al CU?

Algunos funcionarios me llamaron para que me postulara. Ellos me dijeron que era necesario que viniera a dinamizar las políticas de la UNED. Pensé que si podía ayudarle a la institución en esta etapa tan difícil, con todo gusto lo voy a hacer porque es la institución que me permitió sacar adelante a mi familia y formarme profesionalmente.

2.    Luego de poco más de dos años fuera de la UNED, ahora que vuelve, ¿cómo la percibe?

Mire, yo arrastro un pecado, me siento culpable en algo y es que no se hizo la transición entre las primeras generaciones y las nuevas. Ahora me encuentro una universidad un poco fraccionada, no lo digo de manera peyorativa, lo que siento es que, en lugar de consolidar un proyecto más integral, cada unidad académica está haciendo lo que le corresponde, pero sin buscar los lazos de vinculación y articulación con las otras; una Dirección de Extensión en la prevalece la venta de servicios, que no está mal, pero que debería reflexionarse más sobre cuál es el rol de la extensión en la UNED en función de lo que fue su origen en el Estatuto Orgánico    

Para Marlene Víquez, la UNED es una universidad de extensión, o sea debería ofrecer programas de educación formal y no formal de calidad que respondan a las necesidades de las regiones donde están sus centros universitarios. Sin embargo, observo una Dirección de Extensión más centrada en programas que se desarrollan en el GAM y con dificultades para vincularse con las demás instancias; una Vicerrectoría de Investigación que fue creada como sistema, pero que con el paso del tiempo siento que hace investigación y no funciona como el sistema que le dio vida en la Asamblea Universitaria, y una docencia, que me agrada como ha crecido en la acreditación de los programas.

3.    Usted dice que esta universidad debe ser de extensión y responder más a las necesidades de las comunidades. ¿Considera que no lo está haciendo o que lo está haciendo a medias?

La UNED ya atiende a muchos públicos, pero nos falta mucho por hacer. Para mí, ese quehacer que aquí le llamamos extensión es el motor que mueve nuestro quehacer institucional y de ahí en adelante mueve la investigación, marca la oferta de carácter formal, pero nosotros lo hemos hecho de alguna forma al revés, quisimos parecernos a las otras universidades entonces primero optamos por la oferta docente y dejamos la extensión muy débil.

Le he dado mucho pensamiento a lo que debería ser la extensión. Estoy convencida de que lo que la UNED necesita es un sistema de extensión, liderado por una dirección o vicerrectoría, es lo menos importante, pero debe existir una instancia que facilita, que impulsa, pero que no ejecute. Ahorita tenemos a compañeros ofreciendo programas a ciertas poblaciones, pero si lo hicieran en el marco de un sistema de extensión, el impacto quizá sería mayor.

4.    Se percibe en usted un interés particular en la extensión, ¿promoverá desde el CU la restructuración de esta instancia?

En mi propuesta de campaña fui muy clara. Para empezar, tenemos que dimensionar la situación financiera porque la UNED no puede correr el riesgo de sobredimensionarse.

La UNED  es una de las mejores conquistas del pueblo costarricense, estoy convencida de que la universidad es necesaria. En este sentido, una de mis prioridades es que la institución sea coherente con la misión social que le asignó el legislador; es decir, que se desdoble más hacia las zonas alejadas.

Otra de mis prioridades es modificar el Estatuto Orgánico, así como que se cumpla la política de desconcentración de servicios académicos, administrativos y de vida estudiantil en los centros universitarios porque es  coherente, es la culminación de un proceso de diez años que se concretó en el CU.

5.    Usted repite por cuarta ocasión en el CU, eso, sin duda, le genera un valor agregado muy significativo en experiencia, ¿que lecciones aprendidas implementará para lograr sus objetivos en esta nueva gestión?

En las etapas anteriores he estado con distintas administraciones ejerciendo en el CU. En esta etapa de mi vida a lo que vengo es, básicamente, a ofrecerle a la UNED mi experiencia. Tuve la oportunidad de trabajar por muchos años con el actual rector en su condición de vicerrector ejecutivo, ya conozco a don Guillermo Carpio, creo que es una persona asequible, creo que hay más coincidencias que diferencias entre ambos.

Yo quisiera ser un instrumento desde el CU y decirle al señor rector "hay que tomar decisiones y si hay que dar la cara con usted a la par, la damos". La responsabilidad de este consejo y de la administración es preservar  la universidad para que siga  adelante. Aclaro, no pretendo coadministrar.

6.    ¿Qué debe caracterizar a un miembro del CU?

Tener independencia de criterio, ser muy estudioso y tener la capacidad de convencimiento para demostrar, con argumentos fundamentados, que lo que se propone tiene sentido. Tiene que escuchar mucho, saber leer el entorno y ser un instrumento para que la UNED siga adelante.  Debe tener claridad de cuáles son funciones y no puede alinearse a ciertas posiciones.

7.    ¿Qué comisiones le interesa integrar y por qué?

Probablemente, para enterarme de todo el funcionamiento y conocer en qué se está trabajando, voy a iniciar con todas.

8.    Una vez que concluya su periodo en el CU, ¿desea seguir vinculada a la institución?

Mire, cuando una llega a esta edad (risas)... Yo vivo el día y trato de hacerlo de la mejor manera. He aprendido que nada es para siempre y que todos somos transitorios, pero que tenemos una responsabilidad con nuestros proyectos de vida. En el caso concreto de esta servidora, para mí la UNED es algo muy importante. No sé cuánta vida me dará Dios, lo que sí puedo garantizar es que mientras la tenga, haré lo mejor por la UNED.