La figura del tutor regional es una realidad desde el año 2002.

El Consejo Universitario acordó instaurar la figura de la tutoría regional. Esta disposición pretende coadyuvar en el abordaje integral y en el acompañamiento al estudiante en el proceso de aprendizaje.

 

El acuerdo tiene varios objetivos; entre otros, propiciar la permanencia de los estudiantes en cursos con altos índices de deserción, mejorar la promoción de cursos previamente identificados como prioritarios para la formación de los estudiantes, promover la apertura de programas académicos regionalizados,  fortalecer la práctica investigativa en los estudiantes, así como también realizar acciones para la apertura de proyectos de extensión que involucren a los estudiantes de las regiones, a las comunidades y a los centros universitarios.

 

Esta decisión implica la transformación de la figura del tutor residente, que permuta de un enfoque administrativista a uno, centrado en el servicio al estudiante y a la comunidad; permitiendo enfatizar la labor académica de dichos profesionales sin que este cambio represente una fragmentación en la figura del tutor.

 

Harold Arias, asistente de la Vicerrectoría Académica, explicó: "el tutor ya no estará solo para dar tutorías y atender asuntos administrativos sino que podrá hacer investigación, extensión, dar asesoría y seguimiento a los estudiantes; es decir, se amplía su accionar a necesidades de docencia, extensión e investigación".

 

Agregó: "lo que se interpreta del acuerdo es un espíritu de sistema. ¿Cuál es su idea? Que ellos (los tutores) sean los puntos sensibles en las regiones, para las carreras y para las unidades académicas, y el ligamen entre los centros universitarios y las unidades académicas".  

     

Cabe destacar que este acuerdo, que forma parte de una macro estrategia institucional, se tomó con base en la propuesta que realizaran los funcionaros Xinia Cerdas, Alberto Soto y Alonso Rodríguez. La idea de los académicos fue dimensionar el trabajo del tutor como una acción académica integral. Cerdas, Soto y Rodríguez fundamentaron la propuesta en la experiencia acumulada por encargados de cátedra y tutores regionales.

 

Con la nueva directriz, el Consejo Universitario busca fortalecer los servicios académicos ofrecidos desde los centros universitarios, así como otras actividades sustantivas de la universidad pues la regionalización de la tutoría garantiza la participación de personas profesionales residentes en las zonas aledañas a los recintos académicos.

 

Ahora, es necesario identificar profesionales en las diferentes zonas; por tanto, la institución deberá avocarse a construir una base de oferentes con grado profesional en diferentes disciplinas, constituida por personas residentes en las distintas zonas del país, que cumplan con los requisitos académicos y la experiencia docente requerida.

 

A partir de la publicación de este acuerdo, la administración tiene un plazo de tres meses para presentar al Consejo Universitario un plan de acción para la operacionalización y ejecución del proyecto.

 

Aunado a lo anterior, la Vicerrectoría de Planificación deberá presentar una evaluación  del impacto de la tutoría regional en los centros universitarios,  al término de dos años, después de comunicado este acuerdo.

 

El acuerdo se tomó el pasado 12 de julio del presente año, en la sesión 2180-2012.

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