Versión en inglés
click

POR VELIA GOVAERE VICARIOLI

“Mientras disfrutaba su té matutino, un londinense podía ordenar, por teléfono, cualquier producto de la tierra y esperarlo en su puerta. Ahí mismo podía arriesgar su fortuna invirtiendo en recursos naturales y empresas de cualquier país. Y, si quisiera, asegurar transporte hacia cualquier parte del mundo. El menor obstáculo lo habría ofendido y sorprendido. Ese estado de cosas era lo más inalterable del mundo, para él ".

Parecerían palabras de hoy. No lo son. Era John Maynard Keynes quien describía la vida en Londres, en 1913. El mundo gozaba, entonces, de una primera “globalización”. En 1910, Norman Angell, premio Nobel de la Paz, había escrito, que una guerra mundial era imposible porque las economías estaban demasiado interconectadas. Poco después estalló la Gran Guerra y se vino al traste esa estabilidad, tan aparentemente empoderada en aquel momento de la historia. Asumidas como inmutables, las libertades para viajar, invertir y comerciar desaparecieron en las trincheras.

Accese el artículo completo enhttps://www.nacion.com/opinion/columnistas/ucrania-y-la-utopia-de-la-paz/UHGX77CZOZBWHEIGHUAVFLPS2I/story/

Artículo publicado en periódico La Nación, 14 de mayo 2022.
La autora es coordinadora de OCEX y catedrática de la UNED

Ponemos a su disposición el siguiente contenido relacionado: