MBA. Hellen Ruiz Hidalgo
Comunicadora Estratégica, OCEX
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El pasado 5 de marzo, OCEX fue invitado por el Programa Latinoamericano de Doctorado en Educación de la Universidad de Costa Rica para compartir en un conversatorio sobre los principales avances y desafíos de la política de comercio exterior de Costa Rica. Este espacio de conversación giró alrededor de los resultados y retos de la política comercial costarricense, de los aspectos socioeconómicos de la educación y la influencia de las tendencias económicas y comerciales en la gestión educativa en América Latina. 

Velia Govaere profundizó en los antecedentes de la política comercial costarricense, abarcando los años 80s hasta la fecha. Calificó de exitoso el desempeño de nuestro modelo exportador, destacando que sus pilares se basan en una apertura de mercados con sostenido crecimiento de las exportaciones, diversificación de la Oferta Exportable Disponible, atracción de la Inversión Extranjera Directa (IED) y el encadenamiento con nuestra producción nacional. Pero también señaló importantes desafíos introducidos en el modelo, tales como una creciente heterogeneidad productiva, incremento de la desigualdad social y en los ingresos, acentuación de las brechas territoriales y baja inversión pública en infraestructura física y educativa, derivada de la debilidad fiscal producto de que las empresas más dinámicas no contribuyen a la Hacienda Pública.

Charla UCRBalance de una política comercial exitosa
La catedrática Govaere explicó que si volvemos nuestra mirada a los años 80s, en Costa Rica, encontraremos que figuran entre nuestros productos tradicionales de exportación como el banano, el azúcar, el café y la carne. En la actualidad, Costa Rica ha diversificado su oferta exportable disponible a más de 4500 productos en más de 145 destinos. En Centroamérica, a diferencia de Costa Rica, uno de cada tres dólares se produce por concepto de exportación de café, mientras que para nuestro país las exportaciones de café representan menos del 10%. Esta diferencia se deriva de la apuesta que realizó Costa Rica al fomentar una formidable diversificación de su oferta exportable. Adicionalmente, el país asumió una política de atracción de Inversión Extranjera Directa (IED) ligada a una ley de Zonas Francas que reglamenta diferentes regímenes especiales de exportación, entre ellos, Perfeccionamiento Activo y de Devolutivo de Derecho. Estas políticas públicas se reflejan en exportaciones con un crecimiento sostenido de un 10% en los últimos 20 años. Cifras históricas ubican nuestras exportaciones de bienes y servicios en los récords del 2011 de $10.502 millones y en el 2012 de $15 millones.

En 25 años de apertura comercial, Costa Rica ha realizado una serie de procesos para que su política comercial sea exitosa. Inició con su adhesión al GATT en 1990, siendo el país número 100. En 1995, se adhirió como miembro de la Organización Mundial del Comercio (OMC), año en el que se transforma el GATT en la OMC.


Posteriormente, Costa Rica emprende una serie de negociaciones de Tratados de Libre Comercio (TLC), siendo el TLC con México el primero de una larga lista. Los TLC son instrumentos para el mejoramiento de nuestras condiciones de acceso a los mercados de nuestros principales socios comerciales. Se estima que con el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea (AACUE), con Singapur y con Perú el 87% de nuestras exportaciones estarán bajo cobertura preferencial.
A pesar de ser un país tan pequeño, entre los indicadores del buen desempeño comercial de Costa Rica está su participación en 5 Cadenas Globales de Valor, como, electrónica, dispositivos médicos, automotrices, aeronáuticos y aeroespaciales. Adicionalmente, es el primer país exportador per cápita de bienes en América Latina y el primero en productos de alta tecnología. El 35% de las exportaciones costarricenses de manufactura son de alta tecnología.

Educación: concatenación con el comercio exterior y estado de situación en Costa Rica

La catedrática Govaere citó a Vargas Cullell del Estado de la Nación "...un estilo de desarrollo basado en la promoción de las exportaciones y la apertura al comercio exterior, convirtió a la IED en un factor medular para la transformación productiva del país, el equilibrio en la balanza de pagos y la generación de nuevas y valiosas oportunidades laborales y empresariales. Sin embargo, en forma paralela esta inversión acentuó la heterogeneidad estructural de la economía y la segmentación del mercado de trabajo, lo que probablemente incidió en el incremento de las desigualdades sociales".
En palabras de Velia Govaere, "el crecimiento de la desigualdad no podría atribuirse a carencias de inversión social. La inversión social de Costa Rica representa el 46,2% de los gastos totales del Gobierno (un 70% si se excluye el servicio a la deuda pública), creció, en el 2009, a un 3,3% por habitante y se eleva ya a un 23,4% del PIB. De hecho, el crecimiento de la desigualdad manifiesta un contraste realmente notable con el crecimiento de la inversión social pública".

IED e inversión educativa
La economía costarricense ha sufrido importantes transformaciones. Esto se aplica, en mayor o menor medida, a todo Centroamérica y a Latinoamérica. En nuestro país, el sector agropecuario dejó de ser el gran empleador que fue en la primera mitad del siglo XX. Ahora el desarrollo industrial, el crecimiento del sector comercial y de los servicios incrementaron la demanda de trabajadores calificados en todos los niveles.

Para Velia Govaere el recurso humano es el mayor tesoro de Costa Rica, donde la curva de aprendizaje es un 50% más rápida si se compara con empleados norteamericanos. El 50% de la IED "reinvierte" en Costa Rica. La mano de obra no especializada del país es más costosa si se compara con otros países centroamericanos o asiáticos, pero la mano de obra profesional y técnica calificada es considerada más competitiva que en Estados Unidos, México y Chile.

Desafíos en materia educativa en Costa Rica
La catedrática Govaere hizo reflexión sobre los desafíos en IED ligada a la educación con las siguientes interrogantes: ¿Estamos al borde del límite de la oferta profesional? ¿Satisfacen la demanda de la IED y del tejido productivo los volúmenes actuales de nuestra oferta de personal técnico? Con relación a estas interrogantes, se señalaron las debilidades de la oferta educativa, en especial la insuficiente cobertura en secundaria, sobre todo por deserción escolar. De cada 10 niños que entran a secundaria sólo 4 se bachilleran y por otro lado, falta superar las enormes brechas en infraestructura educativa. Adicionalmente, la catedrática recomendó un giro hacia la educación técnica y la necesidad de una reforma curricular orientada hacia las demandas del mercado - carreras técnico científicas con nuevas oportunidades educativas y laborales.

Esfuerzos actuales en educación
A manera de conclusión, Velia Govaere sintetizó los esfuerzos que el Gobierno está realizando en educación para apoyar el tejido productivo nacional con el mayor y mejor acervo humano técnico futuro. El presupuesto para educación se eleva en este año 2013 a ¢1.739 billones, el 7,09% del PIB. Costa Rica es uno de los países del mundo que invierte en educación más proporción de lo que produce. El 90% de los centros educativos tienen Internet. Se cuenta con 1068 nuevos docentes, en especial para educación técnica, liceos rurales, educación especial y Centros Integrados de Educación para Jóvenes y Adultos. Las becas del programa AVANCEMOS asegurarán que 400 mil niños, niñas y jóvenes sigan en las aulas. Los comedores estudiantiles atienden a 675 mil niños y jóvenes. Casi 95 mil niños y jóvenes usan transporte estudiantil financiado por el Estado.
Sin embargo, Costa Rica, sin haber perdido del todo sus ventajas, producto de más de un siglo de esfuerzo educativo, se ve obligada a maximizar esfuerzos en cobertura y calidad de la educación, no sólo incrementando la inversión en infraestructura y equipamiento educativo, sino también introduciendo serios ajustes correctivos en los campos de la formación docente, la gestión institucional y la rendición de cuentas.

Un problema adicional es el crecimiento de la desigualdad, en donde la educación está "en la bisectriz entre la inversión social y la inversión en competitividad". Se considera la formación educativa uno de los más formidables aceleradores de la movilidad social, porque permite en muy corto tiempo insertarse en el más dinámico mercado laboral, con salarios crecientes que acortan brechas entre trabajos de baja y alta productividad.