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Alda Facio comparte con la UNED "La parábola del origen del Patriarcado"

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Por Karol Ramírez Chinchilla.

Con una parábola del origen del Patriarcado, la Dra. Alda Facio, presidenta del Grupo de Trabajo de la Discriminación contra la Mujer en la ley y la práctica de la Organización de las Naciones Unidas, dictó la Lección Inaugural de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), en el marco del 40 Aniversario de la Institución.

En la apertura del acto, la vicerrectora Académica, Katya Calderón Herrera, comentó que "es imprescindible en esta lección inaugural, en este siglo, reflexionar y repensar conjuntamente sobre la Universidad que queremos y sobre los pasos firmes que debemos continuar después de haber dado pasos firmes y consolidados en 40 años de existencia”.

La vicerrectora destacó la importancia de reflexionar y repensar el futuro, así como de comprender la identidad y la ética de género. “Es necesario que la Universidad Pública tome acciones concretas con visión de futuro sobre le ética del género humano y que reflexione sobre la condición humana y la condición ciudadana del ser humano”, comentó.

Al momento de su disertación ante el público presente en el campus universitario Fernando Volio Jiménez y en transmisión para Centros Universitarios, Facio comentó que había optado por el cuento o la fábula luego que un libro le revelara datos importantes acerca del funcionamiento del cerebro y la forma en la que estas historias prevalecen con más éxito en “nuestras mentes, corazones e imaginación”.

Dejamos para usted la historia completa. Puede también escuchar a la Dra. Facio leyendo el cuento a través de la plataforma en Youtube del Programa de Producción de Material Audiovisual (PPMA) pulsando aquí.

"La Parábola del Origen del Patriarcado"

"Había una vez un mundo habitado por jardineras, jinetes y muchos otros seres que vivían en una tierra abundante y feliz. Los jinetes eran seres magníficos. Inventaban y construían todo tipo de medios de transporte para viajar por todo su planeta estableciendo pueblos e intercambiando conocimientos y productos. En cada viaje, los jinetes usaban su poder para enseñar y aprender las variadas formas del mundo, las canciones de la experiencia y la interacción. Y, a pesar de que intercambiaban muchísimos productos, ninguno acumulaba bienes porque los jinetes sabían que era mejor viajar ligeros por ese mundo.

Las jardineras tenían otra forma de estar en su mundo. Aprendían de las semillas e insectos observando su transformación y pintaban imágenes con brillantes colores que sacaban de la tierra y sus rocas. Nombraban la vida que las rodeaba y tejían maravillosas historias con esas palabras. Cuidaban de todo lo que vivía en el planeta, incluyendo a los jinetes. De hecho, muchas de las jardineras eran las que les daban vida, no solo a los jinetes, sino a ellas mismas a través de un proceso que llamaban “alumbramiento”. Sin importar si eran o no las que parían, las jardineras usaban su poder para crear y mantener la vida.

Pero a pesar de sus diferentes actividades, jardineras y jinetes, que conformaban lo que en ese mundo se llamaba la humanidad, tenían mucho en común: ambos eran seres poderosos, capaces de sentir muchas distintas emociones como el amor, la cólera, la alegría, el miedo, la tristeza, la vergüenza y más. Tenían ambos el increíble poder de reírse de sí mismos, sanar sus propios cuerpos así como capacidades mentales que les permitían inventar, aprender y utilizar estructuras lingüísticas complejas para concebir, transmitir y aprender conceptos totalmente abstractos. También tenían la capacidad de ser conscientes de sí mismos, así como de su pasado, lo que utilizaban para planear, transformar y realizar proyectos de diversos tipos. Y, a pesar de compartir todo eso, también ostentaban importantes diferencias mutuas que, sin embargo, no les impedían reconocer que lo más importante era que ambos amaban disfrutar de todas las experiencias que sus vidas diferentes les proporcionaban.

”Poder” para estos dos grupos de seres era una palabra buena. Significaba “fuerza para actuar y crear.” Pero un día los jinetes aprendieron a abusar de su poder y lo usaron sobre las jardineras para dominarlas y controlarlas. En vez de seguir respetando las importantes diferencias entre ellos y las jardineras, los jinetes dijeron: “Estas jardineras son muy poderosas, las vamos a poseer y así poseeremos también los frutos de sus vientres, sus jardines y sus palabras.” Y así fue como empezó lo que después de muchos milenios unas jardineras llamarían “Patriarcado” que poco a poco se fue extendiendo a todo el planeta a través de la colonización de pueblos enteros.

Para mantener su dominio sobre las jardineras, los jinetes tuvieron que convencerlas y convencerse de que ellos eran superiores. Para lograrlo, idearon un sistema que los diferenciara tajantemente de las jardineras. Primero, erradicaron la idea de que jinetes y jardineras compartían la misma energía vital. Luego borraron la creencia de que las distintas manifestaciones de esa energía eran mutuamente diferentes, ya que no había una más esencialmente humana, superior o más necesaria que las otras. Finalmente, difundieron la idea de que las diferentes eran las jardineras, porque ellos, los jinetes, eran el modelo de lo humano en su mundo. Y así fue como lograron establecer que el grupo más dinámico era superior al encargado de cuidar la vida en ese planeta.

No se sabe con exactitud cuándo, cómo o por qué el grupo viajero quiso apropiarse de las jardineras pero lo que sí se sabe es que el amor entre las distintas expresiones de la humanidad se tornó violento y nada feliz. Poco a poco cada grupo aprendió a temer y sospechar del poder del otro con lo que la armonía que antes reinaba en ese planeta se fue desvaneciendo. Sin armonía ni amor, con el pasar del tiempo, ciertos miembros del grupo viajero ya no se contentaron con controlar sólo a las jardineras, sus jardines y sus palabras sino que quisieron controlar también a otros jinetes. Esta codicia fue creando un verdadero desbalance entre los jinetes que culminó en la conformación de al menos dos clases de jinetes: los hipermanes y los inframanes. Los hipermanes crearon religiones y construyeron sistemas de pensamiento, de trabajo, de gobierno y de conquista y dominación centrados en su supuesta superioridad. Esto les dio muchísimo poder sobre todas las jardineras, la mayoría de los inframanes y sobre la tierra misma.

La institucionalización de esos sistemas de dominación fue posible gracias a que ya había sido aceptada la idea de la superioridad de los jinetes sobre las jardineras. Para consolidar su poder, los hipermanes hicieron un pacto con los demás jinetes, conocido luego como el contrato sexual, dándoles control sobre sus jardineras a cambio de no cuestionar el dominio de los hipermanes sobre el planeta. Ese contrato sexual establecía que todos los jinetes y no solo los hipermanes eran los dueños de la fuerza reproductiva y productiva de las jardineras, pudiendo así controlar sus cuerpos, mentes, sexualidad y espiritualidad generalmente por medios “pacíficos” como el derecho y la religión, pero muy a menudo reforzando estos medios mediante el uso de la violencia física, sexual y/o psicológica, al punto de llegar al asesinato si ellas no se sometían.

Como ya les conté, el grupo de jinetes que hemos llamado los hipermanes no se contentó con tener poder solo sobre las jardineras, sino que decidieron perfeccionar su sistema de dominación clasificando a cada grupo como pertenecientes a uno de dos sexos, uno masculino y superior y otro femenino e inferior, creando diferentes clases de jardineras dependiendo del jinete al que pertenecían, que como recordarán ya se habían diferenciado entre inframanes e hipermanes. Con la creación de estas clases dentro de cada sexo, se desdibujaba el enorme poder que los hipermanes iban acumulando al tiempo que debido a las diferencias de poder entre las jardineras, éstas no lograban verse como un grupo que compartía una específica forma de opresión basada en su pertenencia al sexo considerado inferior, sino que pensaban que las discriminaciones que sufrían se debían a otros factores. Gracias a esta falta de conciencia de las jardineras, los hipermanes garantizaban a los demás jinetes que la lealtad de cada jardinera estaría siempre con la de su dueño inmediato, un jinete, y no con las otras jardineras pero a cambio, como ya les mencioné, los hipermanes exigían que ningún jinete cuestionara el poder creciente de los hipermanes. Y así sucedió porque según el contrato sexual, hasta al inframán menos poderoso, tenía algo de poder sobre “su” jardinera.

El sistema creado por el contrato sexual, que como les mencioné era muy jerárquico y basado en el reconocimiento de la existencia de dos sexos dicotómicos, con el tiempo se convirtió en un paradigma. Según esta forma de entender, ver y sentir, todas las cosas, hechos y valores se asociaban con uno u otro de los dos sexos que los hipermanes ya habían decretado como opuestos. Tanto se dicotomizaron los valores femeninos y masculinos que la razón se llegó a entender como lo opuesto a los sentimientos, la producción a la reproducción, la ciencia a la espiritualidad, los jinetes a las jardineras. Y como el paradigma era jerárquico además de ser dicotómico y sexualizado, uno de los polos siempre era entendido como superior de manera que la ciencia, la producción, la razón y los jinetes eran superiores a la espiritualidad, la reproducción, los sentimientos o las jardineras.

Esa sobrevaloración de la razón los llevó a creer que todo en su mundo se podía explicar, medir y conocer a tal punto que ya no se respetó más lo inconmensurable y misterioso de la vida y de la naturaleza. Es más, un hipermán llamado Francis Bacon, considerado el padre de una forma de entender la realidad que él llamó “el método científico”, insistía en que los hipermanes tenían que aumentar su control y dominio sobre la vida misma para poder medirla y explicarla hasta su último detalle porque sólo lo conocible a través de la razón tenía valor para este jinete.

Bacon insistía en que los científicos tenían que aprender a torturar a la naturaleza, de la misma manera como unos jinetas llamados “inquisidores” estaban torturando a las jardineras para que “confesaran” su sabiduría. Según el método de Bacon, la naturaleza era una jardinera a quien había que esclavizar para que los hipermanes pudieran crear una nueva raza de jinetes ya no a través del “alumbramiento” que él consideraba demasiado femenino y por ende, sucio, sino a través de un “parto masculino” que consistía en extraer a la fuerza todos los secretos que la naturaleza escondía.

Fue así como en ese mundo todo lo asociado con la naturaleza, y la naturaleza misma, fueron definidos como simples “recursos” que debían ser utilizados, extraídos y transformados por los hipermanes científicos para su propio beneficio y el de los otros hipermanes. De esta manera lograron que la ciencia, como creación de los hipermanes, fuera entendida como superior a la espiritualidad de las jardineras que brotaba de un profundo respeto por todas las expresiones de la vida.

Y como la reproducción de la vida fue asignada exclusivamente a las jardineras, todo lo asociado con cuidar la vida perdió valor. En ese mundo las personas más necesitadas de cuido, como las y los niños, las personas con alguna discapacidad, las y los viejos y hasta la madre naturaleza eran desatendidos y hasta explotados porque el acto de cuidar se había vuelto “cosa de jardineras”. Y como las jardineras ya no tenían voz propia, nada podían hacer para exigir que sus gobernantes cuidaran de las personas. También se inferiorizó a aquellos jinetes que cuidaban y trabajaban la tierra o a los que no se identificaran con los valores asociados con los hipermanes. Es más, los jinetes que no gustaban de violar, acumular o dominar a sus semejantes eran considerados ajardinerados y en algunos casos hasta se los asesinaba por no cumplir los mandatos de su sexo.

Las jardineras y los jinetes que amaban la igualdad y la justicia trataron de resistirse a los hipermanes, y a veces lo lograban. Pero el paradigma dicotómico que moldeaba las creencias y prácticas de los hipermanes se fue instalando en las mentes y corazones tanto de los inframanes como de las jardineras y persistió a través de los tiempos. Gracias a ello, los hipermanes se mantuvieron seguros y todopoderosos viajando a lo largo y ancho de la creación, tiranizando a toda la humanidad, y apropiándose de todos los bienes que la madre naturaleza tan generosamente brindaba para el gozo de todos los seres y no de unos pocos.

Tanto se sofisticó el sistema de los hipermanes, que la violencia extrema contra las jardineras llegó a vivirse como natural, o como parte de su identidad cultural, y hasta como erotismo. Así la vivían muchos jinetes y no pocas jardineras, quienes “voluntariamente” se sometían o sometían a sus hijas a las más dolorosas o humillantes torturas que los habitantes de ese mundo justificaban como “tradiciones o costumbres culturales”.

En muchas partes de ese mundo a las jardineras se les hacía creer que el sometimiento total a un jinete, llamado matrimonio, había sido inventado por ellas mismas para “atrapar” a un jinete que las mantuviera y protegiera y que, sin un jinete a su lado, no podrían sobrevivir. De esta manera los jinetes lograban que aún frente al peligro de ser torturadas y hasta asesinadas por sus propios maridos, las jardineras siguieran casándose con ellos.

En otras partes del mundo el matrimonio no era una opción sino que desde muy pequeñas, el padre de la jardinerita la daba en matrimonio a un jinete mucho mayor, llegando en algunos países a tal extremo que antes de cumplir los 7 años, ya muchas jardineras estaban casadas. Y como si eso no fuera ya terrible, en esos mismos países a las viudas, quienes muchas veces todavía eran niñas, se las quemaba vivas en las piras funerarias de sus difuntos esposos. En otros, a las viudas se las desterraba de sus hogares si no accedían a convertirse en las esclavas del hermano de su difunto marido.

Pero como hasta en aquellos países donde el matrimonio no era forzado algunas jardineras se rebelaban contra esta forma de esclavitud, los hipermanes inventaron castigos atroces para aquellas que no se sometieran. En algunas partes de ese mundo se quemaron a millones de jardineras en la hoguera por el único pecado de ser solteras; mientras que en otras, a las solteras no se les permitía ganarse el sustento con lo que realmente morían de hambre sin un jinete de marido. En aquellos países en los que lograban sobrevivir, las “solteronas” eran motivo de toda clase de burlas y chistes burdos.

Eran tan absurdas muchas de las tradiciones en ese mundo que para considerarse sexualmente atractivos, los cuerpos de las jardineras tenían que ser moldeados a la manera decidida por los hipermanes. Dependiendo de la época histórica, pechos, piernas, caderas, labios, ojos, nalgas o cualquier otra parte de sus cuerpos, se inflaban o encogían al gusto de las normas de belleza establecidas por los misóginos hipermanes. En unos países llamados “desarrollados” en una época en que por primera vez había comida para todas las personas todo el año, en nombre de la belleza las jardineras tenían casi que matarse de hambre para ser consideradas suficientemente esbeltas; mientras que en otras latitudes, a las niñas se las engordaba a la fuerza porque sólo las obesas podías encontrar marido.

A veces, a las jardineras se las obligaba a esconder todo menos los ojos, porque las normas de algunas religiones dictaban que el físico de las jardineras perturbaba a los jinetes, mientras que en otras culturas a las jardineras se las convencía que lo más importante era verse “sexy”, aunque su ropa fuera incómoda o hasta peligrosa para su salud. En todas las culturas, la apariencia y el bienestar de las jardineras llegaron a ser decididas por los hipermanes, quienes ejercían su misoginia parapetados detrás de la religión, la cultura o la moda. Y recuerden, como el paradigma ya estaba instalado en las mentes y corazones también de las jardineras, ellas estaban convencidas que esas prácticas no eran nocivas o si lo eran, eran necesarias para el mantenimiento de sus culturas o para cumplir con los mandatos de un dios masculino.

Muchos jinetes aceptaban que la violencia contra las jardineras se había convertido en un verdadero problema social, pero la mayoría pensaba que era un problema menor, comparado con tantas otras crueldades que los hipermanes cometían contra ellos. Y peor aún, las propias víctimas defendían muchas de estas formas de violencia en nombre del amor romántico, el erotismo, la identidad cultural o religiosa, el respeto por las tradiciones y, aunque cueste creerlo, hasta en nombre de la libertad personal.

El poco valor que tanto jinetes como jardineras le daban a la vida de las jardineras, se fue profundizando al punto de que los asesinatos de jardineras se volvieron cotidianos. La sucesión de muertes violentas de mujeres en una ciudad llamada Ciudad Juárez, en un país llamado México, fue el detonador de la atención pública mundial de un fenómeno que se extendía a todas las naciones de ese mundo. La violencia en contra de las jardineras y especialmente los feminicidios fueron declarados uno de los problemas más graves que afrontaba la humanidad por el mismo Secretario General de un órgano llamado Naciones Unidas. Pero el asesinato de jardineras, que incluso llegó a presentar signos de tortura, mutilación, saña y violencia sexual, seguía creciendo.

Fue tal el odio y la violencia contra las madres, las hijas, las hermanas, las amigas y las colegas de los jinetes; y tanta fue la complicidad de demasiados jinetes con este sistema, que no se dieron cuenta que a la mayoría de ellos esto también les hacía daño. No entendieron que un sistema que deshumanizaba precisamente a quienes tenían el poder de dar vida era un sistema que estaba basado en el desprecio por la vida misma. No vieron que un sistema así inevitablemente degeneraría en uno que le haría también la guerra a cualquier jinete que no aceptara sus valores. Peor aún, no vieron que si los cuerpos de las jardineras eran mercancías que los jinetes podían comprar y vender a su antojo, por qué no podrían también comprar y vender los órganos humanos, o a otros jinetes o hasta a la Madre Tierra, sus océanos, sus bosques, sus lagos y todos los seres que la habitaban. Si todo era susceptible de entrar en el mercado, no extraño a nadie que ese mundo viera su oxígeno enrarecido, sus aguas contaminadas y sus semillas privatizadas y convertidas en meras mercancías. En ese mundo, los hipermanes no solo aprendieron a dominar a todos los seres vivientes sino que llegaron a usar a la naturaleza como si fuera un simple supermercado creado por un Dios Celestial para su beneficio exclusivo.

Fue tanto el poder sobre las jardineras, y tanto el desprecio de los jinetes y las jardineras por las jardineras y todo lo asociado con ellas, que muy pocos seres de ese planeta entendieron la relación estrecha entre el Patriarcado original y el Capitalismo colonialista y destructor de la naturaleza de los siglos posteriores. Muchos movimientos por la justicia social, anti-racistas, de los pueblos originarios, entre otros muchos, a pesar de tener muy buenas intenciones, no lograban erradicar las jerarquías e injusticias que padecían a pesar de sus muy variadas formas de organización y sus diversas costumbres. Creyeron que podían erradicar formas posteriores de expropiación y colonización sin tocar la primera de todas: la colonización de los cuerpos de las jardineras.

Sin embargo, había un movimiento que sí vislumbraba esa relación entre el Patriarcado original y el Capitalismo neoliberal necrófilo de las grandes empresas extractivistas pero que después de tantos milenios de colonización y dominación no lograba transmitir su visión de un mundo igualitario a los demás movimientos sociales. En parte esto se debía a que los hipermanes habían tergiversado la idea de igualdad con lo que el concepto había probado ser uno de los más difíciles de implementar y hasta de entender. Además, cultivaron la idea de que la igualdad era un hecho y no un valor con lo que su implementación producía tales disparates como jardineras teniendo que probar ser tan fuertes, tan dinámicas o tan capaces como los hipermanes.

Es más, tanto se tergiversó el concepto de igualdad que un hipermán de una de las entidades políticas más misóginas que pasaba por una de las religiones en ese mundo, logró que el término se sustituyera por el de equidad. La propuesta fue aceptada por jardineras e inframanes porque como la equidad no exigía trato idéntico como según su malentender, si lo exigía la igualdad, las personas discriminadas podían exigir trato diferenciado. Pero también encantó a todos los hipermanes porque ellos muy bien sabían que la equidad, que si bien no exigía trato idéntico siempre, nunca exigía eliminar las desigualdades y discriminaciones que padecían las jardineras y los inframanes con lo que con la equidad, ellos, los hipermanes, no tendrían que perder ningún privilegio.

Ante tanta confusión y viendo que las jardineras perdían derechos con la equidad, algunas jardineras propusieron que ya no se hablara de igualdad ni de equidad sino que mejor buscaran la armonía que habían gozado en ese mundo antes de que los hipermanes controlaran casi todo.

Pero el problema era que eso no era ya posible, tanto porque en ese mundo todo lo asociado con la naturaleza, la reproducción, las emociones y los sentidos había sido despreciado por tantos milenios, como porque los movimientos de las personas LGBTI habían demostrado que los cuerpos, las identidades y las sexualidades de todas las personas eran mucho más complejas de lo que se creía con lo que no era correcto clasificarlas en solo dos sexos dicotómicos.

 Ante estos nuevos saberes, las jardineras que se autodefinían como feministas argumentaban que si bien ya no se debía catalogar a las personas como pertenecientes a uno u otro sexo al nacer, lo cierto es que todas las sociedades de ese mundo aún lo hacían, y todo lo culturalmente construido había sido edificado sobre la suposición de la existencia de solo dos sexos: uno masculino y superior, y otro femenino e inferior.

Esta realidad, por más artificial o arbitraria que fuera, decían ellas, hacía que si bien la erradicación del Patriarcado no podía lograrse con una vuelta a un pasado menos violento y desigual donde existían dos grupos complementarios, sí se podría lograr si se eliminaban las desigualdades, que no diferencias, entre todos los seres humanos, empezando por reconocer que los hipermanes no eran el modelo de ser humano. Para lograrlo, evidenciaron que lo que pasaba por una verdad objetiva en realidad era la perspectiva de los hipermanes que por milenios había pasado por una no perspectiva. Una vez visibilizada la perspectiva de los hipermanes, denominada la perspectiva androcéntrica, las feministas propusieron que se reemplazara por una perspectiva de género que no invisibilizaba a los hipermanes sino que tomaba en cuenta las relaciones de poder entre las jardineras y jinetes así como entre los mismos jinetes. Solo desde este enfoque, decían ellas, se podría lograr la eliminación de todas las desigualdades.

Por su lado, unas jardineras que trabajaban con un instrumento internacional de derechos humanos que se llamaba la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las jardineras o CEDAW, proponían que para acabar con el Patriarcado no sólo se requería la transversalización de la perspectiva de género, sino también implementando el tipo de igualdad que proponía esa Convención. Esa igualdad no exigía escoger entre trato idéntico o trato diferenciado sino que lo que importaba era el resultado que ese trato tuviera. Si el resultado era que las jardineras podían gozar de todos sus derechos humanos, entonces se había logrado la igualdad. Esa igualdad no se basaba en eliminar o no tomar en cuenta las diferencias entre estos dos grupos ni entre las jardineras mismas, sino todo lo contrario, la igualdad que proponía la CEDAW no exigía que para ser iguales las personas tuvieran que ser idénticas sino que era un valor establecido precisamente ante el reconocimiento de la diversidad. En otras palabras, la igualdad se basaba en reconocer que las personas que habitaban ese mundo no eran para nada idénticas pero si eran iguales en dignidad. Nadie tenía que probar ser idéntica a otra persona para poder gozar de todos los derechos humanos que existían porque todas las personas eran igualmente diferentes y por ende ninguna era el modelo de lo humano ni superior o inferior a las demás.

Estas feministas entendían que tanto la equidad como la igualdad permitían tanto el trato idéntico como el trato diferenciado pero la igualdad, a diferencia de la equidad, siempre exigía la eliminación de todo tipo de discriminaciones. Por eso insistían que para lograr esa igualdad que proponía la CEDAW, se tendrían que visibilizar todas las formas de discriminación que se entrecruzaban con la de género. Es decir, se tenían que visibilizar y eliminar todas las discriminaciones que sufrían las jardineras que no se podían explicar sólo por su pertenencia al sexo femenino, sino también por su pertenencia a otras desigualdades que se habían ido creando a lo largo de la historia del patriarcado basadas en diferencias raciales, de capacidad, económicas, etc.

Pero además, la igualdad que planteaba esa Convención reconocía que dado que por tantos milenios se había discriminado a las jardineras, la igualdad no se podría lograr con solo declararla, sino que los Estados tendrían que tomar muy variadas medidas concretas para erradicar todas las formas de discriminación, incluidas medidas especiales de carácter temporal que en ese mundo se llamaban acciones afirmativas. Más importante aún, en su artículo 5, la CEDAW contemplaba la necesidad de cambiar ese pensamiento dicotómico, jerárquico y sexualizado que impedía que en ese mundo se entendiera que las diferencias entre jardineras y jinetes eran mutuas y, por lo tanto, sin jerarquía.

Ese instrumento reconocía que todas las estructuras, prejuicios y estereotipos que discriminaban a las jardineras habían sido creados por el paradigma dicotómico que tenía que ser transformado. Así fue como muchas y muchos se dieron cuenta de que esa forma dicotómica de ver y entender el mundo no les permitía entender el concepto de igualdad entre seres diversos y, por ende, no podían ni siquiera visualizar las soluciones a tanta violencia proveniente de las grandes empresas, el crimen organizado y los propios gobiernos porque habían interiorizado y hecho suyas las jerarquías patriarcales.

Comprendieron que esa nueva manera de entender la igualdad exigía la integración de las falsas oposiciones. Así los jinetes serían entendidos como tan diferentes o semejantes a las jardineras como ellas eran diferentes o semejantes a los jinetes. Entendieron que esa igualdad requería conceptos y categorías nuevas. Ya no habría oposición entre masculino y femenino, superior e inferior, sino que tendrían jardineras y jinetes productivamente cuidadores y cuidadosamente productivos. No habría oposición entre seres independientes y seres dependientes, sino seres interdependientes sin importar si eran jinetes o jardineras o cualquier combinación de ambos. Entendieron que solo manteniendo las diferencias tajantes entre lo sicológico y lo social, lo racional y lo emocional, el cuidar y el construir podrían los hipermanes mantener su poder sobre los demás jinetes, las jardineras y demás seres vivientes. En vez de ver los valores y las cualidades que hasta ese momento habían entendido como femeninas o masculinas, las vieron como distintos aspectos o niveles de un mismo fenómeno: la vida en toda su magnífica diversidad.

Entendieron también que la libertad sin igualdad no era una verdadera libertad y que por ende era falso que algunas jardineras escogían libremente vender su sexualidad o alquilar sus úteros. Entendieron que el contrato sexual original que decretaba una jardinera para cada jinete y unas pocas para todos los jinetes se había transformado con la globalización del patriarcado capitalista neoliberal. En este nuevo contrato sí se les permitía a unas pocas jardineras liberarse de la servidumbre a un jinete dentro del matrimonio pero en contraposición más y más jardineras cada vez más jóvenes tendrían que ser sometidas a la explotación sexual a través de una industria global que se llamaba la industria del sexo.

Y así fue como entendieron que para librarse de todas las formas de discriminación, explotación y opresión y para salvar a su planeta de la destrucción por los hipermanes, tenían primero que re-educarse, creando y exigiendo una educación formal y no formal a lo largo de toda la vida que les permitiera despojarse de sus concepciones patriarcales. Una educación que en vez de desaparecer a las jardineras de la historia, las y los educara sobre las relaciones entre los sexos. Una educación que les permitiera saber que la ausencia de igualdad entre jardineras y jinetes era la causa original de tantos males en su mundo. Una educación que les enseñara a las jardineras como perdonar a los jinetes, reconociendo su rol en el mantenimiento de su sometimiento a los jinetes. Una educación que ofreciera a los jinetes reafirmarse como seres no en oposición a las jardineras, sino como seres capaces de construir cosas y teorías pero también capaces de sentir emociones y cuidar a las y los suyos. Una educación que llevara tanto a jardineras como a jinetes a cuestionar la forma dicotómica de sentir, entender y explicar la realidad, para que juntas/os descubrieron las cualidades y valores que requerían para construir una sociedad igualitaria.

Cuentan las historiadoras de ese mundo que todo empezó en un pequeño país en una Universidad Estatal a Distancia o UNED como se le conocía, que se comprometió a ofrecer una educación superior desde una perspectiva de género y derechos humanos, especialmente a jardineras de todas las edades y clases así como a distintos sectores de inframanes, usando diversos medios tecnológicos que le permitieron la interactividad, el aprendizaje independiente y una formación humanista, crítica, creativa y de compromiso con la sociedad y el planeta.

Cuentan que las jardineras y jinetes que estudiaron en la UNED, aprendieron a pensar amorosamente y vivir el ahora sin desconocer el pasado ni olvidar el futuro, comprometiéndose con el bien para todos los seres que habitaban ese mundo así como con el planeta mismo. Dicen también que desde que esa universidad optó por cambiar el paradigma patriarcal en las mentes de sus educandas/os, ellos y ellas pudieron salir al mundo para a su vez enseñar el paradigma de la igualdad. Así fue como muchos otros jinetes y jardineras aprendieron a trabajar juntas/os usando sus distintos poderes, ya no sobre otras/os, sino para disfrutar el poder de crear y recrear la vida en su mundo".

 

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Publicado: Viernes, 03 Marzo 2017 13:28
Escrito por Karol Ramírez Chinchilla

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      • • UCR ganó y pasó a competir por la medalla de oro contra la UNA en fútbol sala
      • • Atletas pulverizaron la pista en los 400 metros planos
      • • El equipo femenino de fútbol sala de la UNED pasa a la final
      • • La UNA amarró el tercer lugar
      • • A la final de voleibol masculino: la UNED
      • • La UCR invicta a la final
      • • Hoy fue un día para la UNA: pasó a finales de voleibol masculino
      • • TEC se lleva el bronce en el futbol femenino de JUNCOS 2015
      • • UCR ganó a la UNA en un adelanto de lo que será la final del futbol femenino
      • • Lanzamiento de disco e impulsión de bala fueron premiados en JUNCOS UNED 2015
      • • TEC se deja el cuarto lugar en voleibol femenino
      • • UNED pasa a la final invicta en voleibol femenino
      • • Estadio Nacional fue el escenario de las competencias de atletismo
      • • UNED se despide de final de futsal masculino al perder ante la UNA
      • • Atletas volaron sobre la barra en el Estadio Nacional
      • • El Estadio Nacional le dio la bienvenida a la disciplina del Atletismo y abrió con los 5000 metros
      • • UNA pasa a final a fútbol sala femenino
      • • La UNED avanza en distintas disciplinas
      • • UNA venció al TEC en fútbol femenino y se aseguran pase a la final
      • • Inició competencia de Ajedrez en el Estadio Nacional
      • • UCR mantiene invicto y asegura la final del futbol femenino
      • • Tecnológico se deja tercer lugar de baloncesto femenino
      • • UCR gana a la ULatina previo a la final de baloncesto femenino
      • • ¿Quién está detrás de Ök?
      • • UNED, ULatina y UNIBE supieron manejar el partido y golearon en la disciplina de fútbol sala
      • • Universidad Técnica Nacional clasifica de primero en el grupo C de fútbol sala
      • • UCA y UNED se imponen en fútbol sala masculino
      • • En medio de la lluvia, UCA y UNED empataron su encuentro
      • • UCR avanza a la semifinal de fútbol masculino tras vencer a la UTN
      • • UMCA y ETAI con victorias en fútbol sala masculino
      • • TEC pasa a la semifinal en Fútbol Masculino
      • • La UNED saboreó la victoria en el baloncesto
      • • La UCR superó al Tecnológico en el baloncesto
      • • La ULatina ganó en el baloncesto masculino a la UNA
      • • UNED más cerca del oro en voleibol femenino
      • • Universidad Nacional lidera el grupo A en el fútbol masculino
      • • Por segundo día consecutivo, medallero se hizo presente en la disciplina de Natación
      • • UNA mas cerca de la final de voleibol femenino
      • • En el baloncesto masculino la UCR y la ULatina lideran la tabla de posiciones
      • • Fútbol femenino: UTN logra primera victoria de JUNCOS ante la ULatina
      • • UCR vuelve a ganar en el fútbol femenino
      • • UCR perdió el invicto ante la UNED en voleibol masculino
      • • En vibrante encuentro, UNA se quedó con el triunfo frente al TEC en voleibol masculino
      • • Jornada de voleibol femenino: victorias de UCR y UNA
      • • UCR duplicó el marcador ante la Universidad Nacional en baloncesto femenino
      • • UCR, TEC y Ulatina lideran medallero en natación
      • • Universidad Latina alcanzó y rebasó el marcador contra el TEC en baloncesto femenino
      • • El fútbol fue armonizado por goles, tambores y liras
      • • ETAI no pudo con la UNED en fútbol sala masculino
      • • Fútbol sala: Sin complicaciones TEC le ganó a la UCA en la rama femenina
      • • En reñido encuentro UCR sacó ventaja ante la UCA en fútbol sala masculino
      • • UNA buena fecha para la Nacional en fútbol sala
      • • Emociones por doquier: el pebetero fue encendido
      • • Fútbol femenino: Universidad Nacional frente a la Universidad Latina
      • • UCR ganó ante la UTN en fútbol femenino
      • • Nuevamente taekwondo bañó en oro plata o bronce a los atletas de los JUNCOS UNED 2015
      • • UCR triunfa ante la UNIBE en fútbol sala femenino
      • • UMCA levanta marcador frente a la EARTH
      • • Baloncesto masculino presentó en su segundo día marcadores muy variados
      • • Primeras medallas para taekwondo en la técnica de poomsae
      • • UNED gana frente a la UNA en voleibol femenino
      • • UNED gana frente a la UNA en voleibol femenino
      • • Ulatina volteó el marcador al último momento contra la Universidad Nacional
      • • La llama de los JUNCOS recorrerá calles josefinas esta tarde
      • • El equipo de fútbol de la UNED inició JUNCOS con un marcador a favor
      • • UNIBE cae nuevamente en voleibol femenino
      • • Goleadas y resultados sorpresivos caracterizan primera fecha de fútbol sala
      • • UCR derrotó al TEC en voleibol masculino
      • • UNED derrota 3-2 a UNA en voleibol masculino
      • • UNED y Ulatina inauguraron el baloncesto masculino
      • • Fútbol femenino: Universidad Nacional goleó a la Universidad Técnica Nacional
      • • UNED con el pesaje para taekwondo
      • • Matadoras de la UNED iniciaron los JUNCOS con pie derecho y dieron cuenta de la UNIBE
      • • Fútbol sala arranca con victorias de la UNA
      • • Jonathan Varela: El veinteañero de larga experiencia
      • • Sus piernas han dejado el deporte en alto y traído el oro a Costa Rica
      • • Betzy Fallas dueña de la destreza mental
      • • ¡A punto de comenzar… la gran fiesta deportiva universitaria!
      • • Ya vienen los JUNCOS UNED 2015
    • ► Agosto (2)
      • • Juramentados: Atletas de la UNED listos para competir en los JUNCOS 2015
      • • Celedonio Ramírez Ramírez dedicado de los XXI JUNCOS
    • ► Julio (1)
      • • Ök es la mascota de JUNCOS UNED 2015
    • ► Mayo (1)
      • • Comisión Institucional JUNCOS UNED-2015 visitó sedes deportivas
    • ► Abril (2)
      • • CEU de Heredia será el equipo de fútbol base de la UNED para JUNCOS 2015
      • • Ya falta poco para que inicien los Juegos Universitarios Costarricenses (JUNCOS) UNED-2015
  • ► 2014 (2)
    • ► Octubre (2)
      • • Campeonato interno ya definió a los equipos de fútbol sala que representarán a la UNED en los JUNCOS 2015
      • • UNED se alista para organizar los Juegos Universitarios Costarricenses (JUNCOS) 2015
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